La desmentida noticia de las presiones a Portugal eleva el coste de su deuda

  • Lisboa.- La desmentida noticia de que Portugal sufre presiones de Bruselas y de varios países europeos para que acepte un rescate financiero hizo subir aún más la presión sobre su deuda soberana, cuyos intereses volvieron a rebasar el 7%.

Barroso asegura que es falso que haya un plan de salvamento para Portugal
Barroso asegura que es falso que haya un plan de salvamento para Portugal

Lisboa.- La desmentida noticia de que Portugal sufre presiones de Bruselas y de varios países europeos para que acepte un rescate financiero hizo subir aún más la presión sobre su deuda soberana, cuyos intereses volvieron a rebasar el 7%.

Como ya ha ocurrido varias veces durante la actual crisis financiera, las especulaciones y el "ping-pong" informativo entre medios con gran influencia en los mercados acabó por revelar que la noticia no tenía consistencia, pero apretó aún más el cerco financiero sobre Lisboa, según analistas lusos.

El Gobierno portugués, cuyos presupuestos del Estado para 2011 se debaten hoy en el Parlamento, se desayunó con la noticia de que estaba siendo presionado por el Banco Central Europeo y varias capitales comunitarias para que siga los pasos de Irlanda y Grecia y pida ayuda financiera a la UE.

La información, de un medio alemán, fue reproducida por otro británico del que rápidamente se hicieron eco las ediciones digitales de la prensa lusa, la radio y la televisión.

Aunque poco después el mismo medio informó de que el sorprendido Gobierno portugués negaba las presiones y, además, varias cancillerías europeas e incluso el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, desmintieron el asunto, el daño a la deuda portuguesa ya estaba hecho.

Un analista luso del sector financiero que pidió el anonimato, comentó que no es la primera vez que el nerviosismo del mercado castiga a su país a raíz de noticias que debieron confirmarse no después sino antes de publicarlas.

Portugal ha sido blanco de los peores pronósticos en la prensa británica y estadounidense sobre la debilidad de su economía desde hace un año y los mercados parecen dispuestos a convertir en realidad su rescate financiero, que hace sólo unos meses el Gobierno luso consideraba una exageración sin ningún fundamento.

El primer ministro José Sócrates ha salido varias veces en defensa de la situación de la economía de su país y la semana pasada volvió a recordar que sus datos macroeconómicos, como el déficit, crecimiento o desempleo están en la media europea y fueron mejores en los peores momentos de la reciente crisis financiera mundial.

Varios expertos y autoridades lusas y europeas han coincidido en que el principal problema del país no es su situación económica, sino la desconfianza de los mercados.

La especulación financiera sobre Portugal ha multiplicado el costo de su financiación, tanto pública como privada, y amenaza con comerse buena parte de los ahorros generados por las duras medidas económicas de Sócrates, blanco además el pasado miércoles de la primera gran huelga general organizada en el país desde 1988.

El ministro portugués de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, reiteró hoy en entrevista con un diario luso, la voluntad portuguesa de seguir financiándose en el mercado, pero admitió que los altos intereses de la deuda han supuesto un problema para cumplir los ajustes presupuestarios de este año.

Los intereses que paga Portugal para refinanciar su deuda se han disparado con la expectativa de que siga a Irlanda en la lista de los rescates comunitarios y llegaron a rozar la semana pasada el 7,5 %.

Aunque en los últimos días descendieron por debajo del 7%, un tipo que el propio Gobierno luso situó en la frontera de la capacidad de resistencia del país, hoy superaron de nuevo esa barrera y seguían al alza con la desmentida noticia de la presión comunitaria a Lisboa.

Teixeira lamentó en sus declaraciones que "algunas posiciones" de Alemania han elevado también el nerviosismo y la incertidumbre de los mercados, que explotan la debilidad de la zona Euro para evitar este tipo de situaciones.

La situación de Portugal, aseguró, no es como la irlandesa, "pero los mercados parecen no querer enterarse".

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