La deuda de Portugal a diez años cotiza por debajo del 3 % por primera vez

  • La rentabilidad de los títulos de deuda soberana de Portugal a diez años cayó hoy por primera vez en su historia por debajo del 3 % en un contexto de extrema tranquilidad en los mercados, y marcó así un nuevo mínimo histórico.

Lisboa, 9 oct.- La rentabilidad de los títulos de deuda soberana de Portugal a diez años cayó hoy por primera vez en su historia por debajo del 3 % en un contexto de extrema tranquilidad en los mercados, y marcó así un nuevo mínimo histórico.

Las obligaciones lusas a este plazo, utilizadas habitualmente como referencia, cotizaban a primera hora en torno al 2,9 %, lo que dejó la prima de riesgo -la diferencia respecto al bono alemán- en 201 puntos básicos.

La rentabilidad registrada hoy se sitúa tres décimas por debajo de la exigida por los inversores hace un mes (3,2 %) y es la mitad de la que exigían hace un año (6,2 %).

El contraste es todavía mayor en comparación con los momentos de mayor tensión vividos en Portugal, a principios de 2012, cuando sus obligaciones a diez años llegaron a cotizar al 17 %.

Esta evolución de los intereses en el mercado secundario -donde se compran y venden los títulos adquiridos en subasta pública- refleja el brusco alivio de la presión que ejercen los inversores sobre la deuda de Portugal durante los últimos meses, en línea con lo ocurrido en toda Europa.

Este descenso está relacionado, según los analistas, no sólo por la mejora de las perspectivas económicas del país, sino sobre todo por las políticas adoptadas por el Banco Central Europeo y la Reserva Federal estadounidense.

Precisamente la asfixiante presión de los mercados fue el motivo que llevó a Portugal a recurrir al rescate financiero en abril de 2011, cuando no era capaz de colocar su deuda entre los inversores a cambio de tasas de interés sostenibles.

A cambio de su ayuda, Lisboa acordó con la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) un severo plan de ajustes y reformas que aplicó prácticamente a rajatabla durante tres años, hasta mayo de 2014, fecha en la que cerró oficialmente su programa de asistencia sin necesidad de ayuda adicional.

A partir de ese momento, Portugal debe financiarse de forma autónoma, por lo que sigue pendiente de las tasas exigidas por los inversores para poder vender su deuda.

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