La extraña elección de fechas del Banco de España para intervenir

Ya ha dejado de ser costumbre, pero a principios de los noventa todavía era común encontrar un puñado de inocentadas en los principales medios de comunicación cada 28 de diciembre. Por eso, cuando aquella mañana de finales de 1993 saltó la noticia de que el Banco de España intervenía el Banesto del todopoderoso Mario Conde, más de uno pensó que se trataba de una broma.

Pero nada de eso: una vez confirmada la noticia, miles de clientes acudieron a las oficinas de una de las mayores entidades españolas y retiraron cerca de 100.000 millones de pesetas sólo en un día. Un impacto de este calibre no es de extrañar, dado que Banesto tenía una cartera de siete millones de clientes, más del doble que la CAM, por ejemplo.

Es decir, que cualquier cosa excepto una broma. Sin embargo, la decisión del Banco de España inauguró en aquel momento una costumbre que ha respetado en las otras cuatro grandes intervenciones financieras que ha ejecutado desde entonces: nunca lo hace en un día laboral normal y corriente.

Y eso que pasarían 16 años entre la toma de Banesto y la siguiente entidad cuya gestión ha sido asumida. Fue Caja Castilla-La Mancha y la noticia se hizo pública un domingo, el 29 de marzo de 2009.

A unos pocos días de la Semana Santa de aquel año y en una jornada relajada para cualquier tipo de información que no sea la deportiva, el organismo supervisor, ya presidido por Miguel Ángel Fernández Ordóñez, decidió intervenir la caja manchega.

Luego llegó Cajasur, la entidad cordobesa estrechamente vinculada a la iglesia. Pese al intento de salvarla mediante una fusión con Unicaja, las negociaciones se rompieron y el Banco de España acometió la tercera intervención de su historia en la madrugada del sábado 22 de mayo.   

Una vez más, el Banco de España parecía no descansar en fin de semana y amortiguaba así informativamente una noticia de calado para tantos inversores.

La penúltima demostración del organismo regulador se dio el pasado mes de julio. Era viernes, con lo que eso la diferencia de otras, pero la jornada también tenía sus peculiaridades, ya que hablamos de una tarde en la que millones de españoles se iban de puente (el siguiente lunes, 25 de julio, era festivo en medio país).

¿Una nueva coincidencia o el Banco de España pretende dulcificar el impacto de de sus decisiones y reducir de este modo el posible pánico entre los clientes implicados?

La respuesta ha vuelto a darla el propio Banco de España con la primera toma de un Banco en esta crisis. La intervención de la entidad valenciana se produce en una jornada en la que todo el país está pendiente de la resaca de las elecciones generales. La casualidad es mayor si cabe porque la sombra planeba sobre Banco de Valencia desde hacía varias semanas.

Y ha tenido que ser hoy cuando se ha conocido.