La Generalitat primó la fusión de cajas catalanas ante su "riesgo extremo"

Barcelona, 3 feb.- El gobierno de la Generalitat defendió en el año 2009 la prioridad de promover la fusión de las cajas de ahorro catalanas, después de que el Banco de España, que "aceptó este principio", alertara de la situación de "riesgo extremo" en que se encontraban estas entidades.

Así lo ha explicado hoy el exsecretario de Política Financiera, Competencia y Consumo de la Generalitat Jordi Pericàs durante su comparecencia ante la comisión parlamentaria que investiga la crisis y desaparición de las cajas catalanas.

Pericàs ha subrayado que la Generalitat sólo tenía competencias, en materia de cajas de ahorro, en dos ámbitos: el tratamiento de los órganos de gobierno y su obra social.

Por eso, fue el Banco de España, la entidad competente en materia de inspección, la que en el año 2009 alertó a la Generalitat de la grave situación financiera que presentaban las cajas catalanas por su elevado nivel de endeudamiento.

Pericàs ha comentado que "desde un primer momento" el gobierno de Cataluña actuó de forma coordinada y efectiva con el regulador, que se mostró "extraordinariamente receptivo" a la interlocución de la Generalitat "para buscar las soluciones más adecuadas" a las cajas catalanas.

Generalitat y Banco de España llegaron a la conclusión de que la mejor forma de garantizar la viabilidad de las cajas era promover la fusión de las mismas, dando lugar a entidades más sólidas y fuertes, a las que resultara más fácil acudir a los mercados de capitales.

En este proceso, ha comentado Pericàs, había "un triángulo virtuoso interesante": el Banco de España, la Generalitat y las propias entidades.

El exsecretario de Política Financiera ha dicho que en 2009 él mismo trasladó al Banco de España la voluntad de la Generalitat de "primar" que las fusiones se hicieran entre cajas catalanas, ya que eran entidades que tenían "una relación habitual" y ello podía favorecer las negociaciones ante posibles integraciones, venciendo posibles "reticencias".

Con esta operación, el otro gran objetivo de la Generalitat era "evitar la pérdida de peso específico en el mapa financiero español", ha apuntado Pericàs, que ha asegurado que la respuesta del Banco de España fue la de "aceptación" de este principio y que el gobierno catalán actuó en todo momento respetando la independencia y autonomía de las cajas.

Miquel Salazar, también exsecretario de Política Financiera, ha explicado que en el año 2008 la Generalitat se dio cuenta "en seguida" de que el sistema financiero estaba ante una crisis de solvencia y que así se lo trasladó a las propias entidades y al Banco de España.

"Nuestro objetivo era salvar a aquellas entidades que formaban el sistema financiero de Cataluña" y para ello, ha remarcado Salazar, el gobierno catalán adoptó la estrategia de colaborar con el supervisor.