La OCDE espera que el crecimiento se refuerce en el G7 este año y el próximo

  • La OCDE calcula que el ritmo de crecimiento económico se ralentizará durante el primer semestre respecto al último de 2013, en parte por razones puntuales, pero en conjunto espera un reforzamiento de la recuperación en los países del G7 tanto este año como el próximo.

París, 11 mar.- La OCDE calcula que el ritmo de crecimiento económico se ralentizará durante el primer semestre respecto al último de 2013, en parte por razones puntuales, pero en conjunto espera un reforzamiento de la recuperación en los países del G7 tanto este año como el próximo.

Éste fue el diagnóstico ofrecido hoy por el economista jefe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Rintaro Tamaki, en la presentación a la prensa del informe interino de perspectivas que incluye algunas zonas de sombra, en particular por los riesgos de ralentización de las economías emergentes.

Tamaki afirmó que el ritmo de progresión del Producto Interior Bruto (PIB) en el grupo de los siete países más industrializados (G7) será del 2,2 % en términos anuales en el primer trimestre y del 2 % en el segundo, tras el 2,8 % entre julio y septiembre del pasado año y el 2 % entre octubre y diciembre.

Esa disminución de la cadencia de avance del PIB se explica sobre todo por fenómenos coyunturales como un invierno particularmente crudo en Estados Unidos y Canadá o por la revalorización del euro respecto a otras divisas.

Pero el economista jefe se esforzó en señalar que eso no cuestiona la consolidación de la recuperación en las principales economías avanzadas, de la mano de unas condiciones monetarias muy favorables a la financiación.

Para ilustrarlo, se refirió a los indicadores compuestos avanzados, que muestran desde hace meses una mejora del perfil tanto para Estados Unidos, como para la zona euro, el Reino Unido y Japón.

Una situación que contrasta con la de la mayor parte de los grandes emergentes, ya que salvo en China en todos se apunta a una ralentización que puede agravarse con la retirada de estímulos monetarios que ya empezó a aplicar el pasado año Estados Unidos.

De hecho, los autores del informe constatan que la nueva política de la Reserva Federal de Estados Unidos ya ha provocado una sacudida financiera en los emergentes, y en algunos de ellos (Turquía, Sudáfrica, Brasil e India) sus bancos centrales han tenido que reaccionar para hacer frente a la salida de capitales.

Por eso aconsejan que la retirada de los estímulos monetarios por la Reserva Federal, que debería escalonarse en dos años, tiene que hacerse con una cuidada comunicación por las expectativas susceptibles de generar.

Para la zona euro y Japón, que se encuentran en una fase menos avanzada de su recuperación, la recomendación de la OCDE es mantener las medidas para facilitar la financiación o incluso acentuarlas, es decir, nuevas rebajas de sus tipos de interés.

En la eurozona, parece excluido que eso suponga una deriva inflacionista en un momento en que la subida de los precios está por debajo del objetivo del Banco Central Europeo del 2 % anual, y en que hay riesgo de deflación en algunos de sus miembros "periféricos", como se ha puesto en evidencia en Grecia, y en que esa situación va a prolongarse, de acuerdo con la OCDE.

Otro de los problemas reseñados en el informe para el grupo de Estados de la moneda única es su elevada tasa de paro, que a diferencia de lo que ha ocurrido en Estados Unidos y Japón (donde está descendiendo desde hace dos años), por ahora sólo ha conseguido estabilizarse, lo que explica su menor progresión del PIB.

La OCDE insiste en que, teniendo en cuenta los altos niveles de endeudamiento, los ajustes fiscales deben continuar, aunque puntualiza que con los esfuerzos que ya se han realizado en Estados Unidos y en la eurozona, esos esfuerzos se pueden relajar este año respecto a 2013.

Una relajación que descarta para Japón, que a su juicio necesita un programa de consolidación interanual para restablecer el carácter sostenible de sus finanzas públicas.

En su línea habitual, la organización persiste en recomendar más reformas estructurales para hacer más competitivas las economías de sus miembros, y en este caso pone el acento en la regulación del sistema bancario porque el riesgo de inestabilidad financiera persiste.

A ese respecto, señala la "importancia" de la revisión de la calidad de los fondos de los bancos europeos y de las pruebas de estrés a que van a ser sometidos este año: "Es esencial que sean creíbles y supervisados para restablecer la confianza" y estimular el crecimiento del crédito.

Mostrar comentarios