La ONU asegura que los cocaleros colombianos no quieren más coca

  • Los campesinos colombianos no quieren cultivar más coca, pero lo hacen ante la falta de oportunidades en medio del conflicto y grupos armados que controlan el negocio, dijo a Efe el jefe en este país de la Oficina de la ONU para la Droga y el Delito (UNODC), Bo Mathiasen.

San José del Guaviare (Colombia), 3 oct.- Los campesinos colombianos no quieren cultivar más coca, pero lo hacen ante la falta de oportunidades en medio del conflicto y grupos armados que controlan el negocio, dijo a Efe el jefe en este país de la Oficina de la ONU para la Droga y el Delito (UNODC), Bo Mathiasen.

Al término del Foro Regional sobre la Solución al Problema de las Drogas Ilícitas, organizado por la ONU y la Universidad Nacional de Colombia, el funcionario de UNODC celebró así la reducción de la coca en Colombia, donde pasó a ocupar de más de 140.000 hectáreas en 2001 a 47.790 en 2012.

Este foro se realizó hasta hoy a petición de los negociadores del Gobierno y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en San José del Guaviare, capital del departamento del Guaviare (sur), unas de las zonas donde históricamente ha habido más siembras ilegales.

Mathiasen achacó la reducción "a dos causas fundamentales: la fumigación aérea y la erradicación manual".

A esas medidas forzosas, que han causado estragos en muchas familias campesinas, se suma, según el funcionario danés de UNODC, "el desarrollo alternativo por el que los campesinos están cambiando la coca por otros cultivos".

"Eso es lo que estamos apoyando", manifestó, para resaltar que "los campesinos están en una situación muy compleja, en zonas donde está la guerrilla o bandas criminales, que les incentivan o fuerzan a sembrar la coca", manifestó.

"Y por otro lado, prosiguió, está el Gobierno haciendo un esfuerzo por su compromiso internacional de reducir las drogas ilícitas y también las ganancias de la coca y la cocaína, que finalmente financian el conflicto por parte de la guerrilla y las bandas criminales", manifestó.

Esta, a su juicio, "es una manera de golpear la economía de los actores armados ilegales".

Aún así reconoció los estragos de esa erradicación forzosa, ya que los campesinos se llevan la peor parte al estar en el centro de todos los actores del conflicto.

"La mayoría de los cocaleros no lo quieren hacer, donde hay coca hay conflicto, donde hay conflicto hay desorden e inseguridad, y ellos viven ese conflicto", destacó.

Además, según el representante de UNODC, "la coca no paga bien y los campesinos viven con el temor de qué va a pasar mañana, ellos quieren cambiar a una vida lícita y tranquila, con alternativas que puedan asegurar una vida digna".

Proyectos productivos planteados a largo plazo, con manejo ambiental, son la solución que plantea Mathiasen para superar la complicada situación de los productores, que, según dijo, "no van a ser millonarios, pero van a vivir con dignidad y seguridad".

UNODC trabaja en alianza con el Gobierno colombiano en programas para sustituir la coca por productos como aceite de palma, café, cacao, especies, ají o pimienta, así como en los sectores de ecoturismo, pesca, piscicultura o lácteos.

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