Con la crudeza con que este sábado atajó el ministro alemán de Finanzas las nuevas necesidades del gobierno de Antonis Samaras, la actitud de Schaüble parece haber dado un nuevo giro. Si bien en esta ocasión no mostró a Grecia la puerta de salida de la zona euro, la postura del titular de finanzas alemán no daba lugar a dudas: "es irresponsable arrojar dinero a un pozo sin fondo".
No obstante, Schaüble parece no tener del todo claro las consecuencias que pudiese entrañar la salida del país heleno de la moneda única. Así, aunque aún mantiene la convicción de que el euro es una moneda estable y que su viabilidad no peligra de forma alguna, no muestra la misma seguridad a la hora de asegurar quién tendría que pagar los platos rotos.
Y si el pasado mayo las páginas del diario alemán 'Rheinischen Post' mostraban a un Schaüble seguro de que la salida de Grecia de la zona euro no supondría escollo alguno para la estabilidad de la moneda única, ahora no parece estar tan seguro. "Si la zona euro se rompe, nosotros somos quienes pagaremos el precio más alto", afirmó.
¿Por qué se decantará finalmente el más paneuropeo de los ministros del gobierno de Angela Merkel, al menos en la teoría? Wolfgang Schäuble parece haber dibujado un escenario en el que una endeble Grecia, sin más concesiones que las realizadas hasta la fecha, tendría la "hercúlea" labor (como el propio ministro alemán de Finanzas definió la ardua tarea que tenía ante sí el gobierno de Samaras) de sostener todo el peso del sistema sobre sus hombros para que este no se desmorone por completo.
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