La subida de gasolina y recorte de subvenciones erosionan el apoyo a Rohaní

  • Nueve meses después de tomar posesión, los logros económicos del presidente de Irán, Hasán Rohaní, no son muy palpables y sus apoyos se resienten por la subida de la gasolina, el recorte de las subvenciones y el incremento de la inflación por encima del 35 por ciento.

Ana Cárdenes

Teherán, 29 abr.- Nueve meses después de tomar posesión, los logros económicos del presidente de Irán, Hasán Rohaní, no son muy palpables y sus apoyos se resienten por la subida de la gasolina, el recorte de las subvenciones y el incremento de la inflación por encima del 35 por ciento.

El anuncio, el viernes, de la subida de los combustibles una media del 42 por ciento, la petición a los iraníes de que renuncien voluntariamente a la subvención mensual que reciben del estado y el continuo aumento de precios están haciendo a muchos en la República Islámica perder la paciencia.

"Hemos tirado nuestro voto a la basura. Nos hemos equivocado al creer en las palabras de Rohaní", señala a Efe un enfadado empleado de limpieza de una escuela en el norte de Teherán.

"La situación del país es horrible. Hoy he ido a poner gasolina a mi moto y he tenido que pagar 60.000 reales (unos 2 dólares) por seis litros. Hace una semana pagaba solo 24.000", se queja este teheraní, que prefiere no decir su nombre.

El aumento del combustible forma parte de un plan para reducir las masivas subvenciones a la energía y productos de consumo básicos y sustituirlos por ayudas a los más necesitados.

Hasta ahora, los iraníes podían adquirir los primeros 60 litros de gasolina por 4.000 reales (0,12 dólares) que ahora han pasado a ser 7.000 (0,22 dólares) y el resto por 7.000 reales que han pasado a ser 10.000 (0,31 dólares).

El diesel se ha disparado un 40% y el gas natural comprimido un 32%.

Aunque, incluso después de las subidas, los precios siguen estando entre los más bajos del mundo, este aumento va a tener un duro impacto sobre economías familiares que llevan más de un lustro sufriendo una inflación de dos cifras.

Las autoridades reconocen que puede llevar a subir un 6% más la inflación, que el Ejecutivo de Rohaní había logrado bajar de alrededor de un 40% a un 35%.

"No tengo ninguna esperanza. En época de Ahmadineyad vivíamos mejor, aunque entiendo que todo el problema empezó con él con lo de la energía nuclear. Aquí antes que energía nuclear necesitamos comida. Vivíamos muy bien hasta que empezó la cuestión nuclear y ahora la vida se nos ha hecho imposible", dice el empleado.

Con un salario de alrededor de 350 dólares que cada vez llega menos lejos, él y otros muchos acusan enormemente las subidas de precios pero no se llegan a beneficiar del reparto de cestas de alimentos que ha puesto en marcha el gobierno para compensar.

Bajtiar, un taxista de Teherán, se muestra más comprensivo y opina que hay que entender que "Irán sufre sanciones y problemas económicos, por lo que aumentar el precio de la energía supondrá una ayuda para el gobierno".

Sin embargo, advierte de que el precio del taxi y de otros transportes va a subir un 25% la próxima semana, reflejando el aumento de costes.

"Rohaní no es culpable de la actual situación económica. Él quiere que el país progrese y la gente viva bien pero son los occidentales y estadounidenses los que no lo permiten", afirma.

La del combustible es la última de una serie de subidas que han elevado en los últimos meses los precios de la electricidad, el agua y el gas alrededor de un 20%.

El aumento del coste de vida es uno de los motivos que ha llevado al fracaso de la petición de Rohaní a la población a que renuncie a la subvención mensual de unos 15 dólares por persona implantada por su predecesor, Mahmud Ahmadineyad, que supone una sangría para las arcas del estado de unos 13.000 millones de dólares anuales.

La contundente respuesta ha sido que 72 millones de iraníes han pedido seguir recibiendo la subvención, haciendo caso omiso de los mensajes publicitarios del gobierno en los que caras famosas y políticos anunciaban su renuncia e instaban a hacer lo propio.

Preguntados por qué no han renunciado a las ayudas en una encuesta del diario Jabar Online, un 62% aseguró que por "la mala gestión económica y el aumento de la corrupción durante el anterior gobierno", un 22% dijo que fue por "desconfianza hacia el actual Ejecutivo" y solo un 16% lo atribuyó a "verdaderas dificultades económicas".

Sea como fuere, la falta de apoyo ha sido el primer revés importante para el presidente y ha abierto la puerta a una lluvia de críticas, momento que han aprovechado sus opositores.

En los últimos días incluso se ha difundido un vídeo crítico con el presidente titulado "Yo soy Rohaní" que le acusa de estar relacionado con el escándalo Irán-Contra en los años ochenta en el que EEUU vendió armas a Irán para financiar la Contra en Nicaragua.

El presidente del Parlamento, Alí Lariyaní, calificó ayer el vídeo de ser "falso" y "una gran mentira sobre la historia" y pidió a quienes "no le guste el estilo" de Rohaní que hagan "críticas justas y no usen cualquier método para golpear al gobierno".

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