Las autoridades europeas, preocupadas por el ascenso de los "euroescépticos"

  • Las principales autoridades de Europa coincidieron hoy en declararse preocupadas por el resultado electoral del domingo y el ascenso de los partidos "euroescépticos", e instaron a los países miembros a acelerar sus reformas para hacerles frente con mejores datos económicos encima de la mesa.

Oscar Tomasi

Sintra (Portugal), 26 may.- Las principales autoridades de Europa coincidieron hoy en declararse preocupadas por el resultado electoral del domingo y el ascenso de los partidos "euroescépticos", e instaron a los países miembros a acelerar sus reformas para hacerles frente con mejores datos económicos encima de la mesa.

Así lo señalaron tanto el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, como el del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, que se desplazaron hasta el municipio portugués de Sintra (a 30 kilómetros de Lisboa) para participar en un foro del Banco Central Europeo (BCE) sobre política monetaria.

La lectura de los comicios ocupó buena parte de una jornada que abrió el máximo responsable de la entidad financiera, Mario Draghi, quien en su discurso alertó de los riesgos para el continente de un período demasiado prolongado con baja inflación pero no hizo mención alguna al escrutinio de las urnas.

La creciente expansión de fuerzas extremistas y populistas contrarias al proyecto europeo fue señalada por Durao Barroso como un problema a tener en cuenta, y citó los casos de Reino Unido o Francia, donde aglutinaron más de un 25 % de los votos.

"Muchos de estos partidos tienen en común declararse antiglobalización, contra la inmigración, los extranjeros (...) Es un terreno fértil para el populismo, el extremismo y el proteccionismo", afirmó el dirigente portugués.

Barroso admitió que el apoyo a este tipo de formaciones está creciendo y les acusó de ir "contra todo", sin apenas proponer nada.

Según el recuento inicial de votos, las fuerzas euroescépticas ocuparán de hecho cerca de un centenar de los 751 escaños que estaban en liza en estos comicios al Parlamento Europeo (PE).

El dirigente del Partido Popular Europeo (PPE) reconoció el impacto de la severa crisis que atraviesa el continente desde las anteriores elecciones (2009) en el ánimo de los votantes, aunque recordó que la popularidad de estos movimientos arrancó incluso antes de comenzar las dificultades económicas.

"Fue la mayor crisis desde el inicio de la integración europea, la mayor prueba de estrés, y eso se sintió en los partidos, especialmente en los extremos, tanto a derecha como izquierda", argumentó.

El jefe del Ejecutivo comunitario relacionó lo ocurrido a nivel electoral con la pérdida de credibilidad de las instituciones nacionales y europeas.

En su opinión, la principal conclusión que se extrae de estos comicios es la necesidad "de lograr resultados más pronto" en términos de crecimiento y sobre todo en empleo.

Exactamente la misma receta aconsejó el socialista Dijsselbloem, quien puso el acento en la necesidad de que todos los países apliquen reformas para ser más competitivos, y no únicamente los del sur.

"En términos políticos, los euroescépticos están más fuertes en todo el continente, y eso nos transmite un mensaje: La gente quiere ver resultados", recalcó el dirigente holandés.

A su juicio, los electores aguardan impacientes los resultados a las políticas ya puestas en marcha, lo que consideró "comprensible".

Dijsselbloem recordó que durante la crisis financiera que asoló al continente y que ya parece remitir los organismos europeos actuaron "con improvisación" en un primer momento, antes de construir nuevos mecanismos para responder a ese tipo de situaciones de emergencia y de adoptar reformas estructurales.

En el plano monetario, Draghi insistió en que la entidad que preside no permitirá "un período prolongado de tasas -de inflación- demasiado bajas o incluso negativas" y que mantiene su objetivo a medio plazo de acercarlas al 2 %.

"Medidas preventivas podrían ser necesarias" para conseguirlo, apuntó el político italiano quien, no obstante, consideró "clave" medir los tiempos correctamente.

Esta cita ha generado cierta expectación, ya que Draghi reconoció recientemente que el BCE podría actuar en junio contra la baja inflación -considerada por los expertos un obstáculo para que la recuperación económica gane fuerza- y la elevada tasa de cambio del euro en comparación con otras divisas.

"Las restricciones en el crédito -por parte de las entidades financieras- son un freno a la recuperación de algunos países", subrayó Draghi, quien advirtió de que si los bancos redujesen todavía más la concesión de préstamos, Europa podría caer "en una peligrosa espiral negativa" debido a que esta política empeoraría a su vez las expectativas de consumidores y empresas.

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