Las constructoras maquillan sus cuentas para encubrir los golpes de la crisis

  • Sacudidas por el parón del negocio y el encarecimiento de las condiciones crediticias, las constructoras han recurrido a cambios de criterio contable y a la venta de activos para intentar salvar un año marcado por los beneficios extraordinarios.
Ruth Ugalde

Empieza la temporada de resultados del sector constructor. Esta semana, los buques insignias del negocio darán a conocer sus números del último año, en unas cuentas donde se han hecho todo tipo de encajes de bolillos para intentar maquillar al máximo los golpes producidos por la crisis financiera y el desplome inmobiliario.

Las multimillonarias compras que realizaron ACS, Acciona, FCC, Ferrovial, Sacyr y OHL justo antes de que saltara por los aires la economía mundial dispararon su ratios de endeudamiento hasta unos niveles insostenibles con la nueva realidad financiera.Además, estos créditos son cada vez más difíciles de devolver con el parón del negocio. Y no sólo el relacionado con la construcción de viviendas, una actividad residual la mayoría de estos grupos, sino el ligado también a la concesiones de aeropuertos -el tráfico aéreo sufre una caída del 8%-, a las autopistas -que por primera vez han visto reducir el número de vehículos-, a la obra civil -el año pasado se licitó casi un 40% menos sólo en España- y todos los contratos de servicios ligados a la famélicas cuentas de los ayuntamientos, como la limpieza urbana.

Este negro diagnóstico, donde se demuestra que todos los órganos vitales están heridos, ha obligado a las empresas a tirar de trucos contables y ventas extraordinarias para enderezar sus cuentas y, sobre todo, reducir un insostenible endeudamiento.

La primera en cambiar de tercio fue FCC. La compañía presidida por Baldomero Falcones tiró de cambios contables en febrero de 2009, cuando presentó la cuenta correspondientes al año anterior, y desconsolidó la filial inmobiliaria Realia y la concesionaria de autopistas GlobalVía. En ambas se apuntaba el 100% del resultado gracias al acuerdo que tenía con Caja Madrid y que le confería el control de la empresa.Pero la crisis financiera recomendó cambiar de planes, modificar el contrato con la entidad y sacar de su balance los 2.412 millones de deuda que le habría inyectado Realia.

Este truco permitió a FCC reducir en un 11,3%, hasta 6.900 millones, su cifra de endeudamiento en 2008, y en las cuentas que presenta el próximo viernes le liberará de tener que anotarse 2.449 millones de números rojos de la filial.

Su ejemplo ha sido seguido por Ferrovial, que ha modificado el criterio contable de aquellos activos donde comparte el control con otro accionista. Esta jugada ha permitido al grupo presidido por Rafael del Pino borrar 3.000 millones de deuda ligada a varios activos, entre los que destacan la autopista estadounidense de Indiana, la madrileña M-45 y las tres que posee en Grecia, la gestora de tres líneas del metro de Londres Tube Lines y la empresa de servicios británica Amey. Además, la compañía se ha fusionado con su filial de autopistas Cintra para fortalecer el balance y tener acceso a la caja de 400 millones de euros de la participada.

Sin embargo, todos estos ajustes no parece que puedan evitar un segundo año en pérdidas -los analistas estiman que la empresa presentará unos números rojos próximos a los 100 millones de euros, que se sumarán a los 838 millones presentados en 2008-, ni que su deuda sume la escalofriante suma de 22.000 millones. Y eso que la compañía lleva tres años enfrascada en un multimillonario proceso de venta de activos tan importantes como su antigua filial inmobiliaria, la cadena de tiendas Duty Free, los aeropuertos de Belfast City, Bristol y Gatwick, o la división de aparcamientos de Cintra.

Sacyr Vallehermoso, en cambio, sí ha conseguido dejar atrás las pérdidas de 246 millones de euros que presentó en 2008, ya que los expertos prevén que anuncie una ganancia del entorno de los 500 millones correspondiente a 2009. Sin embargo, ha tenido que pagar un alto precio para conseguir este cambio de tornas: la venta de la empresa de autopistas Itínere, la joya de la corona.Esta operación ha reportado al grupo dirigido por Luis del Rivero unos ingresos de 1.680 millones, de los cuales más de la mitad son plusvalías, que se suman a los 1.445 millones que ha conseguido con la venta de activos inmobiliarios.

Con estos movimientos, la compañía ha conseguido reducir su deuda desde 14.500 millones hasta los 11.500 millones con que, aproximadamente, cerró 2009.Pero tanta desinversión ha llevado a Sacyr a cambiar el criterio contable que aplicaba a su participación del 20% en Repsol, cuya parte proporcional del beneficio (unos 315 millones en 2009) ha decidido dejar de anotársela y sólo registra como ganancia procedente de la petrolera el dividendo.

Aunque la compañía asegura que este cambio responde a un criterio de prudencia, todo indica que se trata de un truco contable, para evitar tener un exceso de beneficios en 2009, que le afectaría negativamente en la comparativa de 2010.Dicho de otro modo, como este año la compañía no tendrá los extraordinarios procedentes de la venta de Itínere tendrá muy difícil mejorar los resultados de 2009, salvo que vuelva a consolidar el 20% de Repsol y, entonces sí, se anote los 420 millones que le corresponderían del beneficio de la petrolera en 2010.

ACS es un experto en jugar con los beneficios extraordinarios. Año tras año, sus desinversiones permiten registrar millonarios resultados que, además, la constructora dilata en el tiempo para seguir mejorando la foto del ejercicio siguiente. En esta ocasión, el protagonismo corresponde a Unión Fenosa, una compañía que el grupo presidido por Florentino Pérez siempre ha sabido consolidar a su antojo.

Aunque nunca ha llegado a controlar el 50% (su máxima participación ascendió al 45%) pudo inyectarse en su totalidad las ganancias de la eléctrica gracias a una norma de contabilidad que permite consolidar el 100% del beneficio cuando se demuestra el control de la compañía, y la constructora lo tenía en el Consejo de Administración. Pero esta jugada se volvió en su contra cuando la crisis financiera penalizaba los 18.000 millones de deuda que llegó a registrar la compañía, de los cuales, más de 6.000 millones estaban ligados a su participación en la Fenosa.

Para reducir esta abultada cuenta, ACS acordó la venta de la eléctrica en dos partes. Un primer 10%, valorado en 1.675 millones y que quedó registrado en los resultados de 2008, y un segundo 35%, que aporta a la constructora unos ingresos de 5.825 millones en los resultados que presentará el miércoles. Pero, sobre todo, esta desinversión permite a la compañía desconsolidar 6.153 millones de deuda asociada a Fenosa y reducir hasta el entorno de los 9.000 millones sus compromisos financieros.

También ha hecho un espectacular recorte de deuda Acciona, a quien la aventura eléctrica le terminó reportando una espectacular factura de 12.893 millones de deuda asociados al 25% que poseía en Endesa (entre créditos y consolidación de la filial). Presionada por los bancos, la empresa presidida por José Manuel Entrecanales ha vendido a ENI su participación en la eléctrica y ha conseguido reducir a menos de la mitad sus compromisos financieros, hasta situarlos en el entorno de los 7.800 millones.

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