Las Cortes de Castilla y León dicen no al ATC si el Gobierno mantiene el cierre de Garoña en 2013

  • Valladolid.- Castilla y León no albergará el Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares si el Gobierno mantiene su intención de cerrar en 2013 la central nuclear burgalesa de Santa María de Garoña.

PP y PSOE matizarán hoy en las Cortes su oposición a ubicar el ATC en Castilla y León
PP y PSOE matizarán hoy en las Cortes su oposición a ubicar el ATC en Castilla y León

Valladolid.- Castilla y León no albergará el Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares si el Gobierno mantiene su intención de cerrar en 2013 la central nuclear burgalesa de Santa María de Garoña.

Esta es la conclusión que se extrae del debate parlamentario celebrado hoy en las Cortes de Castilla y León sobre el futuro del ATC, que ha resultado confuso cuando los procuradores de cada grupo parlamentario han querido entrar en el fondo del debate.

El más claro en su exposición ha sido el portavoz del Grupo Mixto, Joaquín Otero, que ha mostrado su total oposición a la instalación del ATC por razones de forma y fondo y ha pedido al resto de procuradores, sin éxito, que unieran sus voces para emitir un mensaje único, contrario al cementerio nuclear en esta Comunidad.

En primer lugar, Otero ha cuestionado la estrategia de "compra de voluntades" utilizada por el Gobierno para decidir la ubicación del ATC, que ha resumido con la expresión "quien lo quiere que hay dinerito", contra lo que ha pedido que sean los criterios técnicos los que delimiten las zonas susceptibles de acoger la instalación.

Otero ha alertado también de que el ATC "ni generará empleo, ni riqueza, más bien al contrario" -disuadirá a las empresas de instalarse en esa zona- y ha puesto como ejemplo de esta realidad al almacén de residuos nucleares de baja intensidad ubicado en "El Cabril" (Córdoba).

Tras el turno del portavoz del Grupo Mixto, ha llegado del desencuentro entre los representantes del PP y del PSOE, encarnados por el socialista Francisco Ramos y la popular Cristina Ayala, que se han intercambiado reproches.

Ramos ha defendido la oposición "sin matices" del PSOE ante la posibilidad de que Castilla y León albergue el ATC y ha acusado a la Junta de "falta de valentía" por no aclarar si es partidaria de esta instalación o no y mezclar este debate con la decisión del Gobierno de no prorrogar la vida útil de la central nuclear de Garoña.

"El ATC se instalará en esta Comunidad sólo si quiere el PP de Castilla y León", ha sentenciado Ramos para incitar a la procuradora del PP a que aclarara la postura de su Grupo, independientemente de lo que ocurra finalmente con Garoña, ya que los ayuntamientos que han pedido el almacén lo han hecho por iniciativa o con el apoyo de los concejales del PP.

El procurador socialista ha acusado a Herrera de no decir "claramente que no quieren el ATC" y, en cambio, defender la política de "más madera radiactiva y más madera nuclear" al pedir que se mantenga abierta la central de Garoña para plantearse después la ubicación del cementerio nuclear en este territorio.

La representante del PP ha intentado aclarar que su postura es "muy clara": "No aceptamos el ATC en Castilla y León. No lo vamos a admitir. Castilla y León no acepta el ATC, mientras no haya rectificación en Garoña", ha matizado Ayala, para quien sería "inexplicable" que una instalación ubicada en esta Comunidad acogiera los residuos nucleares de España y "aquí no se pueda tener una central nuclear".

Ayala ha explicado que por "coherencia" con lo votado en el Congreso de los Diputados -allí todos los partidos votaron a favor de construir un ATC en España- no estaría justificada la oposición hacia este proyecto. "No podemos desvincularnos del sí al ATC", ha dicho sobre la votación en Madrid.

Después de mantener este encendido intercambio de palabras, Ayala ha asegurado que el debate sobre el emplazamiento del almacén de residuos nucleares está "trampeado" porque "todos sabemos dónde va a ir el ATC", en alusión a la candidatura de Ascó (Tarragona).

Todas estas argumentaciones se han concretado en las tres votaciones realizadas, una por cada proposición no de ley defendida por cada grupo, y el resultado ha sido básicamente que el Grupo Mixto ha apoyado las tres, que el Grupo Socialista se ha abstenido respecto a la defendida por Otero y ha votado en contra de la del PP, mientras que la mayoría del Grupo Popular sólo ha respaldado su propia iniciativa, por lo que ha sido la única aprobada.

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