Las drogas son una grave amenaza para la estabilidad de Afganistán e Irán

  • Viena.- Las drogas constituyen una gran amenaza para la estabilidad política, económica y social de varios países estratégicamente importantes de Asia occidental, como Afganistán, Irán y Pakistán.

Las drogas son una grave amenaza para la estabilidad de Afganistán e Irán
Las drogas son una grave amenaza para la estabilidad de Afganistán e Irán

Viena.- Las drogas constituyen una gran amenaza para la estabilidad política, económica y social de varios países estratégicamente importantes de Asia occidental, como Afganistán, Irán y Pakistán.

Así lo aseguró hoy la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), un órgano independiente dentro del sistema de la ONU, en su informe anual en el que destaca que esos países son "particularmente vulnerables al tráfico y el uso indebido de drogas".

Esos países se ven afectados por una amplia variedad de problemas, entre ellos la delincuencia organizada, la corrupción y la gran demanda de opiáceos.

Afganistán, donde EEUU y la OTAN libran una sangrienta guerra contra los talibán, sigue siendo "con diferencia el mayor productor ilícito del mundo" de heroína y otros opiáceos.

Eso sí, después de alcanzar un punto máximo en 2007, el cultivo ilícito de adormidera y la producción ilegal de opio disminuyeron en 2008 y 2009 en ese país.

Concretamente, según los datos citados por la JIFE, de las 193.000 hectáreas de adormidera cultivadas en 2007, se pasó a 157.000 hectáreas en 2008 y a 123.000 hectáreas en 2009.

Según el informe, ahora es un momento oportuno para que el Gobierno afgano y la comunidad internacional den total prioridad a "mejorar la gobernabilidad e impulsar el desarrollo económico y promuevan el apoyo a la creación de medios de vida alternativos legítimos para los agricultores" del país asiático.

La República Islámica de Irán, cuyo polémico programa nuclear es objeto de fuertes tensiones geopolíticas, es el principal país de tránsito para el opio afgano.

En cuanto al consumo de las drogas en la región, la JIFE destaca que todos los países de Asia occidental, especialmente Irán y Pakistán, tienen una de las mayores tasas de uso indebido del mundo.

En el caso de Irán, donde las autoridades islámicas suelen negar por completo el problema, se estima que unos dos millones de personas consumen drogas, lo que equivale al 2,8 por ciento de la población.

En Pakistán, el Gobierno calcula que existen unos 628.000 consumidores "empedernidos o problemáticos", en su gran mayoría de heroína, lo que equivale a una tasa de prevalencia del 0,7 por ciento.

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