Las dudas de Fomento sobre la viabilidad frenan el segundo aeropuerto de Madrid

  • Los promotores de la ampliación del aeródromo de Casarrubios reconocen que la autorización del Gobierno no llegará "antes de dos años".
Imagen del aeródromo de Casarrubios. / Europa Press
Imagen del aeródromo de Casarrubios. / Europa Press

La puesta en marcha del nuevo aeropuerto de Madrid, a caballo entre los términos municipales de Casarrubios (Toledo) y El Álamo (Madrid), tendrá que esperar... todavía más. Hace ahora un año de la presentación pública del proyecto y han pasado ya varios meses desde que, en febrero, la empresa que proyecta la ampliación del aeródromo de Casarrubios para abrirlo a la aviación comercial y ejecutiva y crear un segundo gran aeropuerto "complementario a un Barajas al borde de la saturación", presentó la documentación técnica ante el Ministerio de Fomento. Sin embargo, hasta el momento no ha recibido respuesta alguna de la administración.

De ello son conscientes hasta los propios promotores de la infraestructura, Air City Madrid Sur Toledo S.L., que esta misma semana aseguraban a La Información que tendrán que esperar “como mínimo dos años” para lograr la autorización previa del Gobierno para que el aeropuerto del sur de Madrid eche a volar, según el consejero delegado de la empresa, Javier Ruedas.

Y es que, según se trasluce de la respuesta del departamento que dirige el ministro José Luis Ábalos a requerimiento de la Información, Fomento parece tener dudas sobre la viabilidad del proyecto, especialmente por cuestiones de compatibilidad del espacio aéreo, y no dará el visto bueno al nuevo aeropuerto hasta haber analizado con todo detalle y "muy cuidadosamente" todos los aspectos del proyecto.

“En el caso de esta propuesta, hay aspectos técnicos muy relevantes que necesitan analizarse en detalle. La Comunidad de Madrid alberga uno de los mayores aeropuertos de Europa, dos bases áreas, otro aeropuerto de interés general en Cuatro Vientos, aeródromos de uso restringido y bases de helicópteros para uso militar o de servicios de interés público (emergencias, bomberos, vigilancia del tráfico). De esta forma, tenemos que realizar un estudio muy cuidadoso del reparto de la disponibilidad y capacidad del espacio aéreo que requieren todas estas infraestructuras considerando la entrada en funcionamiento de la nueva que se está proponiendo”, aseguran en Fomento.

Desde el Ministerio explican que “Air City Center Madrid Toledo, S.L. ha mostrado su intención de promover un nuevo aeropuerto comercial en el sur de Madrid. (...) Estamos estudiando esta propuesta en el marco del conjunto de la red general aeroportuaria. Debemos realizar un profundo análisis para buscar soluciones sostenibles, acordes con el interés general, el desarrollo económico y social que genera el transporte aéreo, minimizando el impacto medioambiental y, en particular, procurando que los impactos negativos afecten a la menor población posible”.

Y es que la autoridad aérea considera que “la planificación aeroportuaria siempre parte de una visión estratégica amplia, con un estudio pormenorizado de las necesidades futuras y de su mejor atención al menor coste económico y medioambiental posible. Es preciso contemplar y evaluar todos los impactos territoriales, la accesibilidad y la inversión directa o indirecta de un nuevo nodo en la red”, por lo que “la decisión sobre la construcción de una nueva plataforma debe ser, por tanto, el resultado de estos análisis”.

La posición del Ministerio es, según el propio Javier Ruedas, "comprensible". “Nosotros estamos convencidos de la viabilidad y la fortaleza de nuestro proyecto, pero este tipo de infraestructuras requieren un estudio muy concienzudo de temas medioambientales, de ruido, de compatibilidad del espacio aéreo, de las infraestructuras terrestres necesarias… hemos planteado el estudio de todas estas cuestiones y estamos a la espera.”

En Air City Madrid Sur consideran que el ‘silencio’ de Fomento en torno a su proyecto no se debe a la parálisis institucional en la que está inmerso el país desde 2015 debido al bloqueo político. "Quiero creer que no es así", asegura Ruedas, sino que "es una cuestión técnica, que está siendo evaluada, pero estudiar un tema tan complejo requiere tiempo". Por ello, en la empresa, que cuando presentó sus planes y estudios al Gobierno afirmó que esperaba tener la respuesta “después del verano”, ya hablan de que “no va a haber una respuesta inmediata por parte de Fomento”.

Mientras, entre las administraciones autonómicas salpicadas por el nuevo aeropuerto (el mismo estaría en un 70% en suelo madrileño y el 30% restante en territorio castellanomanchego) los ritmos también son diferentes. La Administración que dirige Emiliano García Page ha dado el visto bueno y la calificación urbanística necesaria para iniciar la construcción de un aeródromo auxiliar al de Casarrubios en la localidad toledana de Chozas de Canales. Lo que se considera “un paso clave” para el nuevo aeropuerto Madrid Sur, ya que permitirá trasladar allí alguna de las infraestructuras, como el uso de ultraligeros, el 35% de la actividad del actual aeródromo de Casarrubios, incompatible con la aviación comercial y ejecutiva.

De igual manera, el consejero de Fomento de Castilla la Mancha, Nacho Hernando, decía el pasado 7 de octubre que esperaba que la interinidad del Gobierno central, que lleva en funciones desde principios de año, “no dilate el ‘papeleo’ necesario” para que la nueva infraestructura aérea comience a ejecutarse. De la misma forma, el consejero hablaba de la intención de su Comunidad de “reanudar” los contactos con la de Madrid, que dirige Isabel Díaz Ayuso, para “impulsar” el segundo aeropuerto de Madrid. Sin embargo, puestos al habla con la Consejería de Transportes de la Comunidad de Madrid, al frente de la cual está el antiguo presidente, Ángel Garrido , se asegura a La Información que “nosotros ahora no tenemos nada que decir ni hacer. Es el turno de Fomento y el Gobierno central y cuando éste se pronuncie entonces nos plantearemos hacer o decir algo”. De momento pues, silencio.

El consorcio impulsor del nuevo aeropuerto, enteramente de iniciativa privada, consideran que Barajas será incapaz de absorber por sí solo el crecimiento del tráfico aéreo previsto para los próximos años y por ello un segundo gran aeropuerto en Madrid es necesario y supone una gran oportunidad para absorber parte del tráfico, como las aerolíneas ‘low coast’ o la aviación ejecutiva, que está en pleno auge. Según sus primeros cálculos, Air City Madrid Sur, que prevé una primera inversión de 148 millones de euros para la ampliación del aeródromo de Casarrubios, esperaba haber comenzado las obras a principios del año que viene y que las operaciones aéreas comenzaran en 2023, pero ahora, todos estos planes se han venido abajo. La razón: las dudas del Gobierno de Pedro Sánchez.

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