Las empresas públicas portuguesas pasan de pérdidas a beneficios en 2013

  • El conjunto de las empresas públicas no financieras, que incluyen las del sector del transporte o el de los medios de comunicación, pasaron en Portugal de los 548 millones de pérdidas en 2012 a los 337 millones positivos de 2013.

Lisboa, 23 oct.- El conjunto de las empresas públicas no financieras, que incluyen las del sector del transporte o el de los medios de comunicación, pasaron en Portugal de los 548 millones de pérdidas en 2012 a los 337 millones positivos de 2013.

Según un informe divulgado por la Dirección General del Tesoro, las empresas públicas no financieras (EPNF) obtuvieron ese resultado excluyendo el sector de la salud, que registró pérdidas, aunque consiguió reducirlas anualmente el 32,3 por ciento, hasta los 231 millones.

A pesar de los resultados positivos, estas empresas aumentaron su endeudamiento 613 millones, un 1,8 % más que en 2012, hasta alcanzar un total de 34.784 millones, que corresponde al 20 % del PIB luso.

La Dirección General del Tesoro (DGT) dijo que fue "un factor decisivo" para la mejoría de las cuentas las operaciones de venta de las empresas públicas ANA (gestora del transporte aéreo), Correos CTT y la eléctrica EDP, que generaron plusvalías de 544 millones.

El sector de los transportes, compuesto por siete empresas de transportes públicos tanto urbanas como nacionales, consiguió reducir en 622 millones de euros sus resultados negativos al pasar de los 953 de números rojos a los 331.

El área de las infraestructuras, que incluye la gestión de autopistas o de la red ferroviaria, empeoró sus pérdidas de los 42 millones a los 70 por la contracción del resultado líquido de EDIA (subsector Otras Infraestructuras) y EP (subsector Infraestructuras de la red carreteras y autopistas).

En el área de los medios de comunicación, compuesta por la Radio Televisión Portuguesa (RTP) y la agencia de noticias Lusa, se redujeron los beneficios de 41 a 12 millones, arrastrado, sobre todo, por RTP.

En los últimos años, el Estado portugués reorganizó el uso de instrumentos de riesgo de las empresas públicas e inclusive llegó a acuerdos con bancos para cancelarlos anticipadamente, como sucedió con los contratos de alto riesgo conocidos en inglés como "swap".

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