Las hipotecas caen un 16 % en un año en el Reino Unido

Londres, 25 nov.- El número de hipotecas concedidas por los bancos británicos cayó un 16 % durante el último año, lo que supone un nuevo signo de ralentización del mercado inmobiliario en el Reino Unido, divulgó hoy la Asociación Bancaria Británica (BBA).

Los compradores de una vivienda que firmaron una hipoteca durante el mes de octubre cayeron hasta 37.076, la cifra más baja de los últimos 17 meses, mientras que el valor de esos préstamos también se desplomó, un 13 %, hasta situarse en 6.000 millones de libras (7.560 millones de euros).

Por contra, el volumen de préstamos que los bancos británicos han financiado a través de tarjetas o créditos personales ha crecido al mayor ritmo de los últimos seis años, lo que indica que los hogares encuentran cada vez más facilidades para acceder a liquidez, con el beneficio que eso supone para sus finanzas.

La Asociación Bancaria Británica calculó que el crecimiento de ese tipo de préstamos no hipotecarios ha alcanzado el 2,8 % en los últimos doce meses, el índice más alto que se ha registrado desde finales de 2008.

La BBA considera que las cifras en su informe reflejan que en el Reino Unido existe "un clima más favorable para el préstamo y mejores finanzas de los hogares".

El economista jefe del organismo, Richard Woolhouse, sostuvo que el descenso en la concesión de hipotecas es el resultado del enfriamiento que se ha producido en el mercado inmobiliario en las últimas semanas, después de que en los primeros meses del año la actividad del sector alcanzara un punto máximo.

Según las cifras de la BBA, el pasado enero se concedieron 48.649 hipotecas en el Reino Unido, tres meses antes de que en abril entraran en vigor unas nuevas normas para la concesión de préstamos inmobiliarios que endurecieron las condiciones para pedir un crédito.

Con las nuevas reglas, las personas mayores de 40 años que piden una hipoteca de condiciones estándar a 25 años están viendo sus opciones de crédito restringidas, dijo el organismo, dado que sus pagos se extenderían más allá de la edad de jubilación (65 años), lo que dificulta la aprobación de su hipoteca.