Las nuevas expectativas de la clase media: un reto para Latinoamérica

  • Los Gobiernos de los países latinoamericanos necesitan doblar sus esfuerzos en adelante para poder atender, además de las antiguas demandas por reducción de la pobreza y la desigualdad, las nuevas expectativas de la clase media de mejor calidad de servicios públicos y más participación.

Carlos A. Moreno

Costa do Sauípe (Brasil), 28 mar.- Los Gobiernos de los países latinoamericanos necesitan doblar sus esfuerzos en adelante para poder atender, además de las antiguas demandas por reducción de la pobreza y la desigualdad, las nuevas expectativas de la clase media de mejor calidad de servicios públicos y más participación.

La advertencia es del abogado y economista Alexandre Meira da Rosa, gerente del Sector de Infraestructura y Medio Ambiente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y responsable de uno de los principales documentos divulgados durante la 55 Asamblea Anual de gobernadores del organismo, que se celebra en el balneario brasileño de Costa do Sauípe.

"Es un hecho que las ciudades latinoamericanas son no sólo más grandes sino también más ricas y que hay una nueva clase media que viene con expectativas legítimas no sólo de consumo, porque quieren tener un auto o ir en moto al trabajo, sino también expectativas en torno a una mejor calidad de los servicios públicos", afirmó Meira da Rosa en entrevista con Efe.

Para este especialista brasileño, "los Gobiernos de la región están hoy en un necesario punto de inflexión: atender esas nuevas expectativas es el gran reto que tienen en adelante".

Un sondeo presentado hoy en Costa de Sauípe por este gerente del BID refleja algunas de las demandas de la clase media de América Latina que, según datos del organismo, representa ya cerca del 30 % de la población de la región tras haber pasado de 103 millones de personas en 2003 a 152 millones en 2009.

Según la encuesta, hecha en cinco de las mayores ciudades de la región, además de seguridad, transparencia y participación, lo que más preocupa a la clase media es la movilidad urbana, en tanto que ya no están entre sus prioridades servicios básicos como agua, saneamiento, electricidad o basuras.

"El principal mensaje de esta encuesta es que la infraestructura urbana importa, e importa muchísimo. El segundo mensaje es que los habitantes de las ciudades quieren y pueden participar en las decisiones de los gobiernos locales", afirmó Meira da Rosa.

En su opinión, el mensaje fue "escuchemos más a nuestra gente", y ese mismo mensaje fue transmitido por las masivas manifestaciones del año pasado en Brasil por mejores servicios públicos.

"Fueron personas movilizadas por las redes sociales, que son hoy un instrumento muy poderoso, que salieron a la calle en masa a protestar contra un aumento de 20 centavos (de real) en la tarifa de autobús", dijo el gerente del BID.

De acuerdo con el especialista, cuando la población de las grandes ciudades pide transparencia, lo que quiere es tener una voz más activa en la decisión de las inversiones en infraestructura.

"Es un deseo de esa nueva sociedad, llamémosla así porque no es sólo de la nueva clase media, por más participación en las decisiones", dijo.

Agregó que si el transporte es lo que más preocupa a la clase media se debe a que es la más afectada por los problemas de movilidad urbana.

"La clase media es la que maneja su auto hasta el trabajo y siente que las vías están cada vez más embotelladas y que la movilidad se está haciendo imposible. Por eso es natural que ellos sientan la necesidad de un transporte público de calidad. Las clases de renta más baja ya utilizan el transporte público y también tienen la expectativa de un transporte público de más calidad", afirmó.

Es por eso que se puede decir, agregó, "que uno de los grandes retos de inversión en América Latina es la movilidad urbana. Creo que habrá muy pronto un consenso de toda la sociedad de que nuestras ciudades no pueden seguir con los niveles de inmovilidad de hoy".

El gerente del BID agregó que el proceso de urbanización por el que pasó América Latina en los últimos 50 años generó beneficios económicos pero también muchos retos de infraestructura, ante la necesidad de ofrecer servicios públicos a una población que creció muy rápido.

Por eso, las ciudades terminaron concentrando la actividad económica y el empleo de la región, pero también los mayores problemas, como desigualdad y desempleo, dijo.

"Los grandes centros urbanos latinoamericanos son en realidad un microcosmos de nuestras sociedades. La existencia de esas desigualdades, de esos problemas, son un poco reflejo de nuestra propia región", afirmó.

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