Las primeras horas de La República, en placas de cristal

  • En 1931, España era un país fotográficamente novato, con escasez de medios y donde el uso de la cámara de paso universal estaba poco extendido, lo cual no significa que no existieran buenos fotógrafos, que capturaron las primeras imágenes de la proclamación de La República en placas de cristal.

Txema Ruiz

Madrid, 13 abr.- En 1931, España era un país fotográficamente novato, con escasez de medios y donde el uso de la cámara de paso universal estaba poco extendido, lo cual no significa que no existieran buenos fotógrafos, que capturaron las primeras imágenes de la proclamación de La República en placas de cristal.

La posesión de una cámara era un verdadero lujo y estaba reservada a las clases económicamente fuertes y vedada para la mayor parte de la ciudadanía por su coste y escasez. No había todavía industria nacional.

Hay que tener en cuenta que la primera cámara versátil y pequeña de paso universal (35 milímetros) se había introducido en Alemania de la mano de Ernst Leitz y Oskar Barnack, con la Leica I, en 1925 y que su generalización tardó bastante, incluso en ese mismo país. De es modelo se fabricaron únicamente mil unidades.

Leica fabricó unas 90.000 cámaras hasta 1932, e incluso en Alemania eran caras.

En este contexto, el 14 de abril, se proclamó la II República española, un acontecimiento del que han quedado muchos y buenos documentos gráficos. Pero, ¿cómo se fotografiaron las primeras horas de la España republicana? Se puede establecer una aproximación a partir de los testimonio gráficos que han quedado.

El recientemente desaparecido Paco Elvira, quien publicó una obra sobre la fotografía durante la II República se hace eco de la existencia de grandes reporteros gráficos como Luis Escobar, Alfonso Sánchez, Santos Yubero y Díaz Casariego, quienes han dejado una herencia impresionante de trabajos.

En "La Segunda República. Imágenes para la historia", editada por Lunwerg, Elvira sostiene que el advenimiento del régimen republicano supuso un florecimiento cultural y artístico del que la foto no quedó excluida.

Los archivos disponibles de esas primeras horas de entusiasmo, entre los que destaca el de Agencia EFE, parecen demostrar que una buena parte de las fotos que se conservan, fueron hechas con cámaras que usaban placas de cristal, una técnica que requería una gran pericia por parte del fotógrafo. Lo que presupone que fueron tomadas por profesionales.

Las cámaras más comunes de aquella época eran las Afga Standard, la Ihagge, la Zeiss Ikon Onito, Voigtländer, todas ellas alemanas y que aún se pueden adquirir en bastante buen estado.

La mayoría de estos aparatos tenían el cuerpo de madera recubierto de piel y la luminosidad no era precisamente su fuerte, ya que la apertura del diafragma se situaba en f4.5, en el mejor de los casos.

La Agfa Standar, por ejemplo, podía ajustar la medida entre f4.5 y f25 y la velocidad de obturación llegaba hasta 1/100, con la posibilidad "bulb" (B), mantener el diafragma abierto a voluntad.

Para lograr una foto había que empezar por colocar la placa de (6x9 o 6x12) en un laboratorio en total oscuridad; una en cada chasis con la parte sensible hacia arriba. Las cámaras eran de fuelle y en muchos casos el operador se tapaba con algún paño negro para evitar incidencias de luz que estropearan la toma.

La cámara se fijaba en un trípode y una vez enfocado el objeto se cerraba el obturador, se regulaban el tiempo de obturación y la apertura del diafragma y casi listo. El tiempo de exposición podía variar bastante, según las condiciones de luminosidad.

La mayor parte de los fotógrafos llevaban más de un chasis, porque sólo se podía usar uno por cada foto.

Después se pasaba de nuevo al laboratorio, donde se hacían todas las operaciones de revelado que, más o menos, se perecen bastante a las que se han ido haciendo posteriormente: líquido revelador, fijador y lavado.

Desgraciadamente, el desarrollo de la fotografía se vio afectado por el curso de la propia historia de España en esos años. Sin embargo, la guerra civil, con toda su crueldad, fue un campo para la creación y el testimonio y no solo ya de foto reporteros españoles sino de otros que han inmortalizado ese horror colectivo.

Mostrar comentarios