"Las tortugas Ninja" se cuelan en Sitges de la mano de Pablo Helman

  • Considerado como una autoridad mundial en el ámbito de los efectos visuales, el argentino Pablo Helman ha ofrecido hoy en Sitges una clase magistral, en la que tanto ha proyectado imágenes inéditas en España de "Las tortugas Ninja" como ha desvelado algunos secretos de su trabajo.

Sitges (Barcelona), 6 oct.- Considerado como una autoridad mundial en el ámbito de los efectos visuales, el argentino Pablo Helman ha ofrecido hoy en Sitges una clase magistral, en la que tanto ha proyectado imágenes inéditas en España de "Las tortugas Ninja" como ha desvelado algunos secretos de su trabajo.

Proveniente del mundo de la música, Helman ha pasado los últimos 19 años en Industrial Light & Magic, la compañía de George Lucas, donde ejerce de supervisor de efectos visuales, pero también ha participado en películas como "Independence Day".

Ante un atento auditorio, que ha llenado la Sala Tramuntana, ha disertado, principalmente, sobre su último proyecto, "Las tortugas Ninjas", filme todavía no estrenado en España y que le ha llevado tres años, con unos animales que ha calificado de "fotorrealistas".

Esto comportó que se trabajara con maquetas y con actores, con unos cascos con dos cámaras HD en sus cabezas, para "capturar actuaciones", que luego se digitalizaron.

Aunque el espectador no se lo pregunte cuando ve la película, Pablo Helman ha señalado que todo lo que ocurre en pantalla surge tras muchas horas de reflexiones y de lo que, ha bromeado, parece "un proyecto de la NASA".

En este punto, no ha ocultado que se necesita pericia para cuadrar la actuación de los actores con las figuras digitales, ya sea por el movimiento de sus bocas, ya sea por las miradas. "La línea entre una sonrisa y una mueca es muy fina", ha apuntado.

Para que su auditorio se hiciera una idea, Helman ha mostrado fragmentos de la película -una persecución en la nieve o un viaje en ascensor- y ha contrapuesto imágenes de los actores de carne y hueso con otras digitalizadas que acaban apareciendo en el largometraje.

Después del rodaje, de unas doce semanas, hay un trabajo de postproducción de unos seis meses.

A pesar de toda la tecnología que envuelve hoy al mundo del cine, Pablo Helman ha sido taxativo y ha afirmado que los actores no podrán nunca ser reemplazados por ordenadores. "La actuación tiene que venir de un lugar que sea humano", ha aseverado.

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