Los coches japoneses consiguen mantenerse a flote tras el terremoto

Un mes después del tsnuami que arrasó Japón, y a pesar de la falta de suministro derivada de este desastre natural, las principales marcas de automóviles niponas están consiguiendo mantener sus precios en máximos de los últimos siete meses.

Así se desprende del estudio realizado por coches.com sobre una base de 5.000 vehículos de marcas niponas, entre los que figuran los seis fabricantes que se han visto más afectados por el terremoto: Honda, Nissan, Mazda, Subaru, Suzuki y Toyota.

Después de siete meses con los precios bastante estables, estos automóviles llegaron al fatídico 11 de marzo con un incremento medio de 200 euros por coche, lo que les colocó en máximos de los últimos dos trimestres.

Sin embargo, el tsunami que arrasó gran parte del país nipón y se llevó por delante a varias plantas de automoción hizo temer un brusco impacto en el importe de estos vehículos que, finalmente, no se ha dado.

No obstante, la evolución difere según las marcas y modelos. Aquí tienes una radiografía de las seis más importantes:

Honda: Tras ver cómo sus precios se recortaban una media de 100 euros por modelo con el arranque del año, el fabricante nipón ha conseguido mantenerse estable en el entorno de los 26.400 euros por coche. De hecho, ha saldado el mes posterior al terremoto manteniendo los importes de sus automóviles estables. Y eso a pesar de que tuvo que reducir la carga de trabajo de su fábrica de Reino Unido, por problemas de suministro de algunas piezas procedentes de Japón. A pesar de estos problemas, desde Honda España aseguran que hay stock disponible de todos los modelos y recambios para cumplir con las previsiones hasta que se normalice la producción.

Mazda: Tras un primer trimestre de pequeñas subidas que le llevaron elevar en una media de 100 euros por coche los precios en marzo, el fabricante nipón ha mantenido prácticamente estables sus importes tras el terremoto. Y eso a pesar de que las plantas de la compañía en Hiroshima se vieron afectadas. De hecho, la producción de sus vehículos no se reanudó, y de forma limitada, hasta el 4 de abril.

Nissan: Los precios en Nissan subieron bastante en marzo, antes del terremoto, debido principalmente al aumento de su modelo más caro, el Nissan GT-R. Sin embargo, tras el tsunami, su escalada alcista ha frenado y ha conseguido llegar a abril con los mismos precios que el mes anterior. Y eso a pesar de que la producción de Nissan se redujo en 55.000 vehículos en marzo respecto a las previsiones y de que la fabricación de producción de componentes y recambios para los centros de fuera de Japón estuvo parada hasta el 4 de abril.

Subaru: Tras la fuerte caída sufrida en enero, cercana a los 200 euros por coche, el fabricante se mantiene inamovible en la misma banda de precios, incluso después del terremoto, y eso que obligó a Subaru a cerrar cinco fábricas; y a su compañía madre, Fuji Heavy Industries (FHI), a reconducir sus estrategias a medio plazo, incluídos sus planes para fabricar en China, una idea que ahora ha quedado en suspenso.

Suzuki: Tras el pico que marcó en noviembre, el fabricante marca sus precios más bajos de los últimos siete meses. El recorte se ha acentuado tras el terremoto, con una caída media de casi 100 euros por coche. Y eso que ni el cuartel general de Suzuki en Hamamatsu, ni las seis fábricas que tiene en el país nipón, se vieron afectados por el seísmo. Pese a todo, por la situación de crisis que vive el país y teniendo en cuenta la seguridad de sus empleados, Suzuki cerró sus fábricas diez días. El 35% de los automóviles Suzuki que se venden en España son fabricados en Japón y el 65% restante se produce en Hungría e India.

Toyota: La cara opuesta a Suzuki es Toyota, cuyos vehículos han marcado máximos tras el terremoto. No obstante, también es cierto que el fabricante viene de seis meses de caídas, hasta tocar suelo en marzo, justo antes del tsunami. Éste hizo que el primer fabricante mundial no reiniciara su producción hasta el 22 de marzo, debido a la falta de suministros, y sus primeros trabajos se focalizaron en producir componentes dirigidos a reparar coches dañados durante el terremoto. Además, Toyota ha iniciado la construcción de un nuevo centro logístico de recambios en España.