Los "Interiores" de la Fundación Botín de Madrid, Premio Archdaily 2012

  • La nueva sede de la Fundación Botín de Madrid ha sido galardonada con el Premio Archdaily 2012, en la categoría de "Interiores", que concede el portal de arquitectura más visitado del mundo.

Madrid, 20 feb.- La nueva sede de la Fundación Botín de Madrid ha sido galardonada con el Premio Archdaily 2012, en la categoría de "Interiores", que concede el portal de arquitectura más visitado del mundo.

El jurado, compuesto por los propios lectores, ha evaluado casi 3.000 proyectos para 14 categorías y con 70.000 votos ha optado por la nueva sede de la Fundación Botín en Madrid, proyecto realizado por MVN arquitectos, estudio formado por Emilio Medina García y Diego Varela de Ugarte, con la colaboración de Juan Luis Líbano como asesor de interiorismo de la Fundación.

El objetivo del concurso convocado por Archdaily, el portal que cuenta con más de 290.000 visitas diarias y 60.000.000 consultas mensuales, es premiar a un grupo de edificios únicos en varios aspectos, desde sus cualidades espaciales hasta su estructura, pasando por la elección de sus materiales, así como por lo que representan para la sociedad y por su impacto en la comunidad local.

La nueva sede de la Fundación Botín se ubica en un edificio catalogado, situado en la calle Castelló, en el corazón del Barrio de Salamanca de Madrid.

La nave objeto de la obra se levantó en 1920 según el proyecto del arquitecto Gonzalo Aguado para la Fábrica de Platerías Espuñes. Posteriormente fue rehabilitada por Enrique Bardají en el año 1996.

Su singularidad ha sido una fuente de oportunidades para conseguir un espacio de referencia. Con este objetivo, el nuevo proyecto ha recuperado valores de la nave original que han tratado de devolver a este espacio la esencia de su carácter industrial.

La luz natural entra de nuevo por todo el edificio, que permanecía oscuro tras su último uso, y se ha tratado como argumento principal de la intervención arquitectónica.

No sólo se han recuperado huecos en fachada antes tapiados, o lucernarios que existieron y que hasta ahora permanecían cerrados, también la estructura interior se ha recortado para conectar las dos plantas principales con un atrio en el vestíbulo de acceso, donde la luz conducida y la vegetación natural imprimen carácter y personalidad propia a este lugar de encuentro.

La intervención ha apostado por dejar leer la historia del edificio al descubrir la estructura original de acero y fábrica de ladrillo, a veces transformada en actuaciones anteriores, y la expone abiertamente junto con los acabados de nueva ejecución, principalmente en madera de roble, acero y vidrio.

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