Los japoneses seguirán disfrutando de su plato estrella

  • Tokio.- Consumidores, comerciantes y políticos japoneses respiraron hoy aliviados tras ver rechazado el veto a la pesca del atún rojo, manjar clave para la gastronomía de un país que consume el 80 por ciento de las capturas mundiales.

Japón, satisfecho con el rechazo a la prohibición del comercio del atún rojo
Japón, satisfecho con el rechazo a la prohibición del comercio del atún rojo

Tokio.- Consumidores, comerciantes y políticos japoneses respiraron hoy aliviados tras ver rechazado el veto a la pesca del atún rojo, manjar clave para la gastronomía de un país que consume el 80 por ciento de las capturas mundiales.

El Gobierno japonés, con el primer ministro, Yukio Hatoyama, a la cabeza, mostró su satisfacción al no adoptarse ayer la propuesta para la prohibición del comercio y pesca de atún rojo, en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) de Doha.

Los comerciantes de Tsukiji en Tokio, la mayor lonja de pescado del mundo y principal punto de entrada del preciado atún rojo a Japón, también celebraron este rechazo por una mayoría de 68 votos, frente a 20 que la apoyaban y 30 naciones que se abstuvieron.

La fuerte oposición de la delegación japonesa a la propuesta de Mónaco, apoyada por Estados Unidos y la Unión Europea, dio sus frutos y consiguió calmar los ánimos de muchos nipones que temían un alza de los precios del atún, pieza central de los amantes de platos como el sushi.

Hatoyama dijo hoy que "es bueno" que se haya rechazado la propuesta y expresó su esperanza de que los precios del atún no suban, aunque reconoció que aún existen problemas frente a naciones y organizaciones que piden una moratoria para salvar los caladeros en el Atlántico y el Mediterráneo.

El atún rojo, con el que se preparan piezas de sushi o sashimi, además de otros platos, proviene casi en exclusiva de estas zonas de pesca que peligran debido a que su población se ha reducido en un 75 por ciento desde 1958, según la postura de Mónaco en CITES.

Platos como el exquisito "toro", ventresca de atún crudo, pueden superar los 8.000 yenes (65 euros) en Tokio, precio por el que se pueden saborear unos gramos de la mejor carne de túnido elaborada en manos de un maestro del sushi.

No obstante, el nivel actual de importaciones permite que en Japón siga siendo muy asequible comer atún ("maguro") relativamente fresco por menos de tres euros el sushi, lo que lo convierte en un plato muy popular.

Japón tuvo una cuota en 2009 de 23.900 toneladas de atún rojo del Atlántico norte, mientras que para evitar que los precios se disparen dispone de unas reservas congeladas de unas 20.000 toneladas, que retrasarían el impacto de la caída del comercio.

No obstante, los comerciantes de Tsukiji reconocen que cada vez llega menos atún rojo y que los precios han subido en apenas unos meses, según el diario Yomiuri, que recoge el testimonio de un restaurador que ha pasado a pagar 6.500 yenes (52 euros) el kilo en febrero, frente a los 4.000 (32 euros) de noviembre.

Las organizaciones ecologistas se oponen a que Japón siga fomentando la sobreexplotación de la población de atún rojo y piden capturas controladas para salvar un pez que suele pesar unos 200 kilos y que está desapareciendo debido a la pesca extensiva.

A pesar de la victoria de Japón en las conversaciones de Doha, la delegación nipona aún tendrá que enfrentarse a los países que se oponen a su postura y que lo seguirán debatiendo hasta el 25 de marzo, aunque el ministro de Agricultura y Pesca nipón, Hirotaka Akamatsu, se mostró seguro de que al final no habrá cambio.

Aunque los expertos creen que Japón deberá enfrentarse a la presión internacional si, tras el acuerdo de Doha, la Comisión Internacional para la Conservación del Atún del Atlántico (ICCAT), el organismo que controla las capturas mundiales del atún rojo, demuestra que la población de la especie peligra.

Por el momento, Japón, que se ganó en Doha con una intensa labor de presión el apoyo en la votación de países africanos y de Oriente Medio, podrá seguir disfrutando de su gran joya gastronómica, cada vez más popular en todo el mundo.

Jairo Mejía

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