Los mercados mundiales ya tienen asumida la billonaria deuda pública de España

Un billón de euros. Ésa es la cantidad que deberá España a sus acreedores el año que viene si los cálculos del Gobierno están en lo cierto.

Las cifras de nuestra deuda pública asustan a cualquiera y la realidad dice que los españoles tendremos que devolver todo ese dinero con intereses a los inversores. Un pago que llevará tiempo. Mucho tiempo.

"Al final, la deuda pública es la hipoteca de los ciudadanos de un país deudor y también de las generaciones venideras de dicho estado", resume Javier Casal, subdirector de la mesa de deuda pública de Ahorro Corporación. De momento, la factura per cápita (es decir, a cuánta deuda tocamos por habitante) supera los 20.000 euros.

Sin embargo, y aunque parezca increíble, esa multimillonaria deuda intimida más a los ciudadanos de a pie que a los mercados financieros, que no se sienten nada preocupados por ese billón de euros.

"No importa lo grande que sea tu deuda, sino tu capacidad para poder pagarla de forma puntual. No es el tamaño lo que se mira, sino que puedas devolverla sin problemas y sin lastrar tu crecimiento económico y en este camino está España, que poco a poco está ganándose la confianza de los inversores", confiesa Isabel Rodríguez Tejedo, subdirectora del programa Economics, Leadership&Governance de la Universidad de Navarra.

Pero, ¿cómo es posible que todo ese dinero esté pasando inadvertido y que no vaya a desencadenar castigo alguno? La respuesta es sencilla: los mercados ya sabían que tarde o temprano España alcanzaría dicha cifra.

"Inversores y analistas teníamos muy claro que la deuda pública alcanzaría estos niveles, porque este indicador es consecuencia del déficit público, que ha estado por las nubes en los últimos años", puntualiza Estefanía Ponte, directora del departamento de economía de Cortal Consors.

"El esquema es muy sencillo. Cada año que España tiene déficit, ese dinero que pasa a engordar la deuda. Es decir, que si este año cerramos con un déficit del 6,5% como exige Bruselas, otros 65.000 millones pasarán a la deuda. Así funcionan estos ratios. Desde 2009, el déficit ha sido de dos dígitos y en 2012 se quedó casi en el 7%, lo que se traduce en miles de millones de deuda extra", explica Enrique Quemada, consejero delegado del banco de inversión ONEtoONE Capital Partners.

Así, como recuerda Marian Fernández, responsable de estrategia de Inversis Banco, "el hecho de que la deuda esté en el entorno del 100% del PIB no significa que un país no sea sostenible. Ahora el foco de atención no está en este dato español. La subida escalonada de la deuda pública cotizó en el pasado y ahora apenas se vigila".

La prueba más reciente de que los inversores siguen confiando en que España pagará sin problemas sus deudas es la buena subasta que ha cerrado hoy el Tesoro Público. Ha captado 4.000 millones en títulos a treinta años (frente a los 3.000 millones máximos previstos), ha recibido una demanda por parte de los inversores de 10.600 millones y ha pagado el interés más bajo por este papel de los últimos tres años.

Pero todavía hay más argumentos que invitan a pensar que los inversores no castigarán la elevada deuda española: existen varios países que se encuentran en la misma situación y, de momento, siguen financiándose sin problemas.

"Uno de los mejores ejemplos es el de Italia, cuya deuda pública supera el 127% de su PIB y lleva más de una década por encima del psicológico 100%. A pesar de ello, ahí sigue, saliendo a los mercados a buscar dinero sin que haya mayores problemas", concluye Casal.