Los periodistas de "Libération", contra la incierta mutación del diario

  • Los periodistas del diario francés "Libération", cabecera progresista fundada en 1973 por el filósofo Jean-Paul Sartre, están en lucha contra los planes de sus propietarios, a quienes acusan de querer convertir el rotativo en una marca que genere nuevos ingresos pero sin un proyecto editorial.

Javier Albisu

París, 10 feb.- Los periodistas del diario francés "Libération", cabecera progresista fundada en 1973 por el filósofo Jean-Paul Sartre, están en lucha contra los planes de sus propietarios, a quienes acusan de querer convertir el rotativo en una marca que genere nuevos ingresos pero sin un proyecto editorial.

"Al contrario de lo que quieren hacer los accionistas -un restaurante, una red social, un espacio cultural, un vivero de empresas-, 'Libé' solo podría existir si el periódico permanece en el corazón de ese conjunto", puede leerse hoy en dos páginas en el diario, cuya redacción se reveló contra sus dueños el pasado viernes.

Esas dos páginas se imprimieron la pasada noche, después de que una huelga impidiera que la cabecera llegara a los kioscos el viernes y tras una edición de fin de semana en la que los periodistas llevaron a la portada un titular nítido: "Somos un periódico".

Los accionistas del diario -Bruno Ledoux, Édouard de Rothschild y el grupo italiano Ersel- apuestan por encargar al reputado diseñador francés Philippe Stark que reforme los 4.500 metros cuadrados del edificio parisino que el periódico ocupa junto a la Plaza de la República y que una parte de lo que hoy es una redacción sirva para buscar otras fuentes de beneficio.

Esa estrategia gira en torno a la marca "Libération" y busca convertir sus locales en un espacio íntegramente dedicado al "estilo de vida" y al "universo" del periódico, que en 2013 perdió más de un millón de euros y que vio sus ventas caer casi un 15 por ciento hasta los 97.299 ejemplares diarios de media, lejos de los casi 174.310 diarios de 2002.

"Todos los periódicos se han diversificado, más allá de la producción de información, cada uno con su propia identidad", explica en "L'Express" el director del Sindicato de la Prensa Diaria Nacional, Denis Bouchez.

Pero los 290 profesionales de "Libération" sospechan que los accionistas "no quieren crear un espacio de encuentros alrededor y con la redacción, sino sin ella", según denuncian en sus páginas de la edición de este lunes.

"La diversificación no es una palabrota para nosotros. Incluso está en nuestro ADN", agregan los periodistas, que destacan que el diario ya organiza foros, ofrece "podcasts", produce vídeos, recibe cada mes 3,6 millones de visitas en internet y cuenta con 700.000 seguidores en Twitter.

La inquietud de los reporteros reside, por tanto, en que el plan estratégico de los accionistas no recoge "una sola palabra sobre ninguna perspectiva editorial", escribe en una columna el director de la redacción de "Libération", Fabrice Rousselot.

Según Rousselot, lo que el rotativo necesita es "redimensionar" su oferta, ser capaz de separarse de la actualidad y, sobre todo, recibir una inyección de capital que le permita "jugar en el patio de los mayores" y avanzar hacia un modelo de negocio que no genere pérdidas para sus accionistas.

"El equipo tiene que estar dispuesto a hacer concesiones, vista la situación financiera, pero no las hará si no puede encontrar aliento alrededor de un proyecto de futuro", añade el director de la redacción, que se pregunta para qué sirven un bar o un restaurante "sin un periódico fuerte que desempeñe plenamente su papel".

Rousselot reconoce que es necesario tender puentes y apunta que la situación podría desbloquearse gracias a "un mediador exterior".

Eso facilitaría el diálogo entre ambos bandos, en un periódico conocido por su hostilidad a las maniobras capitalistas y por la irreverencia respecto al poder, una cabecera que desde su fundación hasta 1981 estuvo dirigida por sus trabajadores, sin jerarquía y delegando en una asamblea general las decisiones importantes.

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