Los taxis ponen colorido al caos de las calles de la capital de Tailandia

  • En las apelmazadas calles de la capital de Tailandia si algo destaca entre su legendario atasco, es la flota de taxis de llamativos colores que aporta ese toque desenfadado que contribuye a que el caos urbano tenga un tinte carnavalesco.

Noel Caballero

Bangkok, 17 jul.- En las apelmazadas calles de la capital de Tailandia si algo destaca entre su legendario atasco, es la flota de taxis de llamativos colores que aporta ese toque desenfadado que contribuye a que el caos urbano tenga un tinte carnavalesco.

Cerca de 70.000 taxis pintados de color fucsia o de diferentes tonos verdes, amarillos, azules, rojos, morados o naranjas, recorren las arterias y callejuelas de Bangkok compitiendo por un espacio con otros cientos de miles de vehículos particulares de cuatro ruedas, de tres o de dos que a diario hacen que el tráfico sea diabólico.

"Hay más de 100.000 licencias de taxi registradas en toda la ciudad, de las que unas 70.000 están operativas", indica a Efe Pongsak Mattaya, quien desde hace unos 15 años se gana la vida conduciendo uno de estos autos de servicio público.

Cuando Bangkok tuvo su primer taxi, en 1924, el principal medio de transporte público era el tradicional "samlor" o triciclo con un compartimento para el pasajero, y todavía su uso continuó siendo marginal hasta finales de la década de los setenta del pasado siglo, cuando empezó a desplazar al "tuk-tuk", el otrora popular motocarro convertido ahora en símbolo de la urbe y atracción turística.

Con la normativa que en 1996 obligó a llevar un taximetro que hoy todavía algunos conductores se niegan a activar cuando sobre todo el pasajero es un extranjero, casi se terminó la inevitable negociación que por entonces era necesaria para pactar el precio de la carrera. Y la posterior liberalización del sector acabó con un negocio que estaba en manos de un reducido puñado de empresarios próximos a las autoridades que concedían las licencias.

"Los colores de los taxis distinguen las diferentes compañías existentes o si es propiedad del conductor", explica Sabai Wanghom al volante de un taxi pintado de verde y amarillo, colores que indican que el vehículo es propiedad de un autónomo.

El coste de la bajada de bandera de los taxis que hay en Bangkok hace más de 10 años que se mantiene en 35 baht (unos 90 céntimos de euro o 1,10 dólares), por lo que el sector se queja de que es bajo en comparación con el del combustible que no ha parado de subir.

"Todos los días alquilo el taxi por 600 baht (15 euros o 20 dólares) y guardo unos 200 para combustible (5 euros o 7,5 dólares), con lo que mis beneficios no son muy altos", dice Wanghom, conductor de un taxi de entre los muchos cuyo interior están profusamente decorados con símbolos budistas para atraer la buena suerte.

Al igual que en otras muchas ciudades de otros países, también en Bangkok, una ciudad con cerca de diez millones de personas, conducir un taxi conlleva riesgos como el de morir asesinado, como ocurrió la pasada semana en la que un conductor fue degollado por un pasajero que robó su jornal para comprar droga.

Las autoridades de Turismo y las compañías de este sector que a menudo es denunciado por locales y extranjeros que han sido víctimas de taxistas sin escrúpulos, llevan ahora iniciativas para mejorar la imagen del gremio

"Nuestra compañía nos está facilitando clases y libros para aprender inglés básico y así ofrecer un mejor servicio a los turistas extranjeros", asegura Thanet Leelaporn.

El gasto medio de una carrera en Bangkok ronda los 60 baht (1,5 euros o 2 dólares), un precio bajo comparado con el que cobran en Tokio, donde el promedio es de unos 467 baht (más de 12 euros o casi 15 dólares). EFE

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