Margarita Rivière reúne en un libro sus entrevistas más significativas

  • Las entrevistas con el Rey Juan Carlos I, Julio Iglesias, el Lute o Edgar Morin son algunas de las que ha seleccionado la periodistas Margarita Rivière para confeccionar el libro "Entrevistas. Diálogos con la política, la cultura y el poder" que acaba de editar la Universidad de Barcelona.

Barcelona, 11 dic.- Las entrevistas con el Rey Juan Carlos I, Julio Iglesias, el Lute o Edgar Morin son algunas de las que ha seleccionado la periodistas Margarita Rivière para confeccionar el libro "Entrevistas. Diálogos con la política, la cultura y el poder" que acaba de editar la Universidad de Barcelona.

La publicación reúne un total de 37 entrevistas realizadas a lo largo de tres décadas y publicadas en El Periódico, La Vanguardia y El País.

La veterana periodista ha recordado hoy en el Colegio de Periodistas de Barcelona que a lo largo de su carrera ha realizado "miles de entrevistas", que le han permitido "conocer gente agradable y desagradable" y, sobre todo, "perder el respeto al poder".

El libro reúne algunas de las más significativas, como la que realizó en 1984 a Felipe González, la de 1997 a Yoko Ono o la del año pasado a la psicóloga Marie France Hirigoyen.

"La gente se define sola. Sólo hay que ponerles una buena plataforma y ellos salen a la luz", ha señalado hoy la periodista, que cree que "no hay reglas fijas para conseguir una buena entrevista", pero "siempre hay que escuchar al entrevistado".

"Esto último puede parecer una obviedad pero no lo es -ha añadido Rivière- porque si no escuchas no puedes repreguntar y pierdes oportunidades".

En su opinión, "el hábito de escuchar se está perdiendo", como demuestran "algunas entrevistas que se pueden leer en la prensa y que parecen diálogos de besugos".

En la misma línea, Rivière se ha mostrado crítica con el periodismo de nuestros días que, en su opinión, "está secuestrado".

A modo de ejemplo, la periodista de 69 años ha recordado que "a principios de los 80 apenas había relaciones públicas o jefes de prensa y el periodista buscaba a las personas que quería entrevistar. Pero a finales de los 90 ya cualquiera tenía un jefe de prensa y las entrevistas se transformaron en un instrumento de promoción más que de información".

Según Rivière, el último capítulo de la degradación del género de la entrevista son "las impresentables entrevistas-espectáculo que ahora prefieren tantos medios y en las que prima el 'show' y el efectismo".

No obstante, Rivière continúa pensando que "la entrevista es la base del periodismo" y se considera afortunada por "haber podido hacer tantas, con libertad y sin problemas ni denuncias".

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