Marruecos estrena un moderno y controvertido nuevo código de circulación

Rabat.- El nuevo código de circulación de Marruecos entró hoy en vigor y con él se implanta una de las reformas normativas más importantes de los últimos años en el país, por los cambios introducidos y la controversia suscitada.

La nueva ley, ratificada por el Parlamento el pasado enero, pretende imponer reglamentos estrictos para organizar el sector de los transportes y reducir el número de víctimas de los accidentes de tráfico.

El código, calificado de moderno por sus responsables, tiene entre sus principales novedades la introducción de controles de alcoholemia y un sistema de carné por puntos similar al español.

El primer ministro marroquí, Abás El Fasi, dijo esta semana en Rabat que esta normativa "promueve defender la supremacía de la ley en el ámbito del tráfico y modernizar el sector en términos de competitividad y calidad".

Con el objetivo de que la información sobre las nuevas medidas llegue a los ciudadanos, el Ministerio de Transporte inició en las últimas semanas una intensa campaña de sensibilización a través de los medios de comunicación, en cuyas portadas no han cesado la aparición de noticias al respecto.

Para el procurador del Rey (fiscal) ante el Tribunal de Apelación de Casablanca Abdelah Alauí Belghiti las novedades introducidas tienen como fin "proteger a los ciudadanos" del peligro de los accidentes de circulación y reducir el "espantoso" número de sucesos.

El año pasado murieron víctimas de las carreteras en Marruecos 4.062 personas y resultaron heridas graves otras 12.479, según estadísticas del Ministerio de Transporte, que indica que esos accidentes le cuestan al Estado más de 11.000 millones de dirham (unos 972 millones de euros), lo que equivale al 2,5 por ciento del PIB.

Según dijo a EFE la consejera de ese ministerio Jadiya Burara, se pretende ahora "establecer una base jurídica que garantice un control vial transparente, objetivo y eficaz".

Así, se ha puesto en marcha un marco jurídico para las profesiones vinculadas con el transporte, como la de los profesores de autoescuelas o transportistas, a quienes se les exigirá un permiso profesional para poder ejercer.

La nueva ley ha incrementado además el tiempo de cárcel ligado a algunas sanciones y la cuantía de la multa impuesta, que pueden llegar, respectivamente, hasta los cinco años de prisión y los 500.000 dirham (unos 44.200 euros).

Para los profesionales del sector, los que más se han pronunciado en contra de esta medida, estos cambios son "muy preocupantes", por temor a las desviaciones y abusos de poder durante su aplicación.

Mustafa, de 46 años de edad y desde hace una década taxista en Tánger (a unos 280 kilómetros al norte de Rabat), asegura a EFE que el problema reside en la aplicación de las leyes, y considera que la antigua ley de circulación "habría sido perfecta si se hubiera aplicado bien".

Según los opositores, más allá de reforzar el control sobre los conductores, se debería mejorar también la infraestructura vial y la señalización, que según ellos representa una amenaza para el buen funcionamiento de la ley y es responsable en algunos casos de que no se respeten las normas.

Los sindicatos han exigido durante los más de tres años que ha llevado la preparación de este código "el acompañamiento del mismo con medidas sociales a favor de los transportistas y el retiro de las sanciones de prisión".

Estos puntos provocaron roces constantes entre el Gobierno y los sindicatos y una serie de huelgas en el sector, la más importante de ellas, de cinco días, en marzo del año pasado, con la participación de más de veinte sindicatos, que tras sus reclamaciones parecen, no obstante, satisfechos con algunas de las promesas recibidas por parte del Ejecutivo.