Bogotá, 17 jul.- La primera jornada de huelga indefinida de los mineros colombianos transcurrió hoy en un clima de relativa calma y entre medidas de seguridad, dado que el Gobierno ordenó a la fuerza pública no permitir que las protestas se tradujeran en bloqueos de vías.
El subdirector de la Policía Nacional, el general Orlando Vale Mosquera, entregó a los ministros del Interior, Fernando Carrillo, y de Minas y Energía, Federico Rengifo, un balance de "normalidad" al cabo de las primeras doce horas de movilizaciones.
"Las informaciones que tenemos son que se ha presentado una protesta pacífica y no se ha movilizado la cantidad de gente que se preveía", indicó Carrillo, quien reportó el taponamiento de una sola vía.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, fue hoy tajante con respecto a las protestas: "No voy a permitir, y se lo reiteré esta mañana al señor ministro de la Defensa, a los señores generales tanto de la Policía como del Ejército, que ninguno de estos paros me bloquee una sola carretera".
Y es que en los últimos 37 días una protesta de campesinos en la región del Catatumbo, en el noreste del país, ha taponado varias vías estratégicas que unen los pueblos de la zona con las ciudades vecinas más importantes, lo que ha provocado el desabastecimiento de alimentos y medicinas.
Miles de pequeños mineros se concentraron hoy en puntos claves de los departamentos del Chocó, Valle del Cauca, Antioquia, Caldas, Quindío, Risaralda, Huila y Boyacá, con los principales epicentros en las localidades de Caucasia (noroeste) y Buenaventura (sureste), para exigir al Gobierno una serie de reivindicaciones económicas y sociales.
Algunos manifestantes han denunciado que la fuerza pública les ha impedido acceder a puntos clave de concentración, como la vía entre las ciudades de Manizales y Medellín, en el oeste del país, según Mauricio Martínez, secretario de la Federación de Pequeños Mineros.
"Se ha parado a compañeros que se les ha impedido el paso", dijo Martínez en declaraciones a RCN La Radio.
En el origen de la protesta se encuentra, entre otros motivos, el decreto 2235 de 2012, que ordena la destrucción de maquinaria pesada utilizada en actividades de exploración o explotación de minerales sin las debidas autorizaciones, así como una oportuna diferenciación entre los casos artesanales y los ilegales.
En un discurso durante la inauguración de una obra pública en La Virginia (Risaralda), Santos advirtió de que precisamente detrás de estas manifestaciones se encuentran quienes se han visto más perjudicados por el decreto: los integrantes de la "minería criminal".
"La minería criminal está acabando con nuestros ríos y nuestro medio ambiente en una forma devastadora, sirviéndole a financiar a los grupos violentos, y cuando decretamos que la maquinaria que utiliza la minería criminal sería destruida, esos criminales comenzaron a asustar a los mineros artesanales", explicó.
El Gobierno colombiano lidia en estos días con manifestaciones de los campesinos del Catatumbo y trata de prevenir las protestas de los cafeteros anunciadas para el 19 de agosto, planes que el presidente tildó hoy de "injustos" porque ese gremio es el que más ayudas estatales recibe.
"Yo les digo que aunque en algunas ocasiones los problemas tienen solución por la vía del diálogo, hay otras circunstancias en las que no, esta es una de ellas", dijo el presidente.
Durante la primera jornada de protesta minera las autoridades prosiguieron sus estrategias de lucha contra la minería ilegal, de manera que se practicó la incautación de herramientas para la explotación minera en un microbús entre Pereira y el departamento del Chocó.
También la Fiscalía de Colombia se movilizó para prevenir situaciones de disturbios y creó un grupo especial de investigación para el paro en el departamento de Risaralda (centro).
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