El tráfico ferroviario internacional sigue suspendido por cuarta jornada en la estación de Budapest-Keleti, donde más de 2.000 migrantes, según estimaciones, acampan en condiciones precarias, algunos desde hace varios días ya.
"La gente está cada vez más nerviosa. Pierden dinero día tras día (...) la situación será cada vez más complicada y creo que habrá nuevos problemas", indica a la AFP Abdel Aziz, un sirio.
Aunque tengan billetes de tren, un creciente número de migrantes empieza a acudir a traficantes o incluso se plantea seguir a pie hasta Alemania.
Las autoridades húngaras detuvieron el jueves un tren en Bicske, con centenares de migrantes, que debía conducirlos a la frontera austríaca. Los refugiados dicen que se trata de una "trampa" y se niegan a abandonar el tren, y exigen proseguir su viaje.
El jueves las autoridades húngaras intentaron colocarlos en autobuses para llevarlos a un campamento de refugiados local, suscitando la cólera de los migrantes.
La mayoría de ellos rechazaba este viernes por la mañana el agua y los alimentos propuestos por la policía y los socorristas húngaros.
La policía húngara habla de una actitud de "resistencia pasiva" y aseguró que "aplicaría los reglamentos de Schengen contra los inmigrantes ilegales".
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, había dicho el jueves que la crisis de migrantes no es un problema europeo, sino alemán, al defender la política de su gobierno para hacer frente a la ola de refugiados que pasa por su país rumbo a Alemania.
El Parlamento húngaro se reúne por la tarde para debatir nuevas medidas sobre los migrantes. Hungría ya ha erigido una alambrada en su frontera con Serbia.
pmu-vk-phs/me/avl
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios