Museos rodantes por las carreteras de la Costa del Sol

  • Tener un coche con más de 25 años, que no pase de los 60 kilómetros por hora y sin ningún dispositivo digital, no es señal de que haya que pasar por el desguace, porque puede tratarse de una joya, o al menos, de un vehículo histórico.

Charo Márquez

Marbella (Málaga), 21 nov.- Tener un coche con más de 25 años, que no pase de los 60 kilómetros por hora y sin ningún dispositivo digital, no es señal de que haya que pasar por el desguace, porque puede tratarse de una joya, o al menos, de un vehículo histórico.

Casi medio centenar de coches antiguos recorrerán las carreteras de la Costa del Sol, y parte de Cádiz, a partir de hoy y durante tres días, en el rally organizado por el Club de Vehículos Históricos de la Costa del Sol, donde lo importante no es llegar el primero, sino llegar y lucir carrocería, cuanto más antigua mejor.

El vehículo más antiguo de los asistentes es un Ford de 1907, pero entre las joyas que desde hoy se dan cita en esta peculiar carrera la más valiosa es un Steyr de 1920.

Su propietario, un mecánico, lo encontró abandonado en un pajar de un cortijo de Sevilla y lo restauró por completo. La marca Steyr, de Hungría, fabricaba fundamentalmente camiones para uso bélico, y produjo muy pocos coches, de ahí el valor de esta pieza.

Tanto es así que funcionarios del gobierno de Hungría ofrecieron a su propietario un cheque en blanco para poder recuperar el coche como patrimonio nacional, cheque que no aceptó al considerar que estaba en posesión de un tesoro.

Para el presidente del Club de Vehículos Históricos de la Costa del Sol, José Bernardo Laude, es un coche "único en el mundo".

Por estos coches sus dueños no obtendrían ni un euro del "Plan Pive", pero su valor es incalculable, en la mayoría de los casos.

Aunque carecen de los últimos avances y de la tecnología punta, conducir un coche antiguo es todo un lujo pese a no poder alcanzar altas velocidades. "Estos coches son para pasear", aclara José Bernardo Laude, que disfruta simplemente oyendo el ruido de estos veteranos motores.

"Los Ford, al igual que las Harley Davidson, tienen un ruido inconfundible, que da gusto oírlos", comenta apasionado.

Como apunta el presidente del club, no sólo disfrutan con el coche propio, sino con el de los amigos, y juntos crean ambientes semejantes a la época de los gángsters americanos o del Nueva York de los años 30.

Para ser propietario de una de estas joyas no hace falta ser millonario, más bien hay que tener la suerte de descubrir estas piezas, en la mayoría de los casos desvencijadas y olvidadas.

Entre los asistentes hay propietarios de un solo vehículo histórico pero también importantes coleccionistas. Es el caso de José Romero, que posee seis coches históricos, como un Chrysler C25 Windsor de 1940 o un Ford Plaeton de 1929.

Romero recuerda que lo "timaron" cuando compró por fotos el Ford y pagó 18.000 euros. Una vez en sus manos descubrió que estaba completamente vacío y tuvo que gastar otros 40.000 euros en restaurarlo. Ahora no lo vendería por nada.

Pese a su antigüedad, encontrar piezas de repuesto para estos coches es relativamente fácil, comenta el presidente del club, ya que dentro de este mundillo hay ferias y mercados especializados que ofrecen todo tipo de recambios.

Los propietarios de coches históricos no suelen ir al trabajo con ellos y sólo los sacan a las carreteras en citas especiales como este tipo de rallys y concentraciones; no precisan matrícula especial, les vale con la original.

Sí es recomendable, apunta José Romero, que al menos una vez al mes se pongan en marcha para evitar que se estropeen por el desuso.

Para esta cita, que recorrerá municipios como Estepona, Fuengirola, Marbella, Benahavís o Sotogrande, han llegado vehículos procedentes de Jaén que han viajado en remolque porque su antigüedad les obligaría a invertir varios días en cubrir el trayecto.

No se precisa autorización especial para circular con este tipo de coches por la ciudad de forma individual; sólo si se supera la decena de coches sí es obligatorio pedir autorización.

Si alguien se topa estos días con uno de estos coches, habrá que levantar el pie del acelerador para disfrutar de su veterana belleza. EFE

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