Nicanor Parra, el segundo Premio Cervantes que no acude a recoger el galardón

  • El poeta chileno Nicanor Parra es el segundo Premio Cervantes que no acude a la ceremonia de entrega del galardón, después de María Zambrano, quien no pudo trasladarse a la Universidad de Alcalá de Henares en 1989 por la grave dolencia reumática que padecía.

Madrid, 17 abr.- El poeta chileno Nicanor Parra es el segundo Premio Cervantes que no acude a la ceremonia de entrega del galardón, después de María Zambrano, quien no pudo trasladarse a la Universidad de Alcalá de Henares en 1989 por la grave dolencia reumática que padecía.

El nieto de Nicanor Parra, Cristóbal Ugarte, recogerá el galardón el próximo 23 de abril, ya que no es aconsejable que el poeta, de 97 años, se traslade a España desde el pueblecito costero en el que vive -a unos 150 kilómetros de Santiago-, ha informado Ugarte a una emisora de radio en Chile.

A la ceremonia del día 23 tampoco está previsto que acuda el rey Juan Carlos, debido a una reciente intervención quirúrgica que ha motivado que el príncipe Felipe asuma la agenda oficial del monarca.

Esta será la segunda ausencia de un galardonado en la historia del Premio Cervantes, la distinción más prestigiosa de las letras hispanas que se entrega anualmente desde 1976 en un acto solemne en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, ciudad en la que nació Cervantes.

La primera ausencia tuvo lugar en 1989, debido a la grave dolencia reumática que mantenía recluida en su domicilio madrileño a la escritora malagueña María Zambrano. Al día siguiente, los Reyes visitaron a la galardonada.

Además de estos dos casos de ausencia, en 1997 el poeta José García Nieto no pudo leer el discurso debido a que padecía las secuelas de un infarto cerebral, y tuvo que acudir a la ceremonia en silla de ruedas. Su amigo y también poeta Joaquín Benito de Lucas lo leyó en su nombre.

Otro caso similar tuvo lugar en 1993, cuando la poeta cubana Dulce María Loynaz, también de muy avanzada edad y ya en silla de ruedas, leyó su discurso de agradecimiento a través de la voz del poeta Lisandro Otero.

El año pasado el galardón recayó en Ana María Matute, de 85 años, que acudió a la ceremonia en silla de ruedas, pero que leyó un texto cargado de imaginación.

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