No es sólo una cuestión de despilfarro: las autonomías se hunden por los impuestos

  • Ingresos y gastos. Las cuentas públicas dependen de ambas variables y, pese a que los recortes se llevan todo el protagonismo, el Banco de España ha llamado la atención sobre lo contrario: la recaudación vía impuestos se desplomó en 2011 y es la verdadera culpable del desvío en el déficit español del 6% al 8%.
El PIB caerá un 1,5% en 2012, según Banco de España
El PIB caerá un 1,5% en 2012, según Banco de España
Álex Medina R.
Álex Medina R.

Tanto hablar de recortes, ajustes, buena gestión y cinturones a los que les faltan botones para apretarse un poco más y resulta que, al final, la clave estaba en los ingresos. El Banco de España lo tiene más o menos claro: el súbito engorde de los números rojos de nuestro país se debe más al desplome de la recaudación que a los dispendios oficiales.

Tal y como explicó en su Boletín Económico publicado ayer, el gasto público se recortó en los tres primeros trimestres hasta en un 2%, frente al 2,6% que se prevía adelgazar (es decir, no se quedó muy lejos de cumplir el guión). Sin embargo, todas las administraciones deberían haber ingresado por esa época un 5,4% más. Y el balance fue de un descenso del 0,8%.

La conclusión es que "la principal fuente de desviación de 2011 ha sido la recaudación de impuestos, que ha sido muy inferior a la prevista". Con este balance, "las desviaciones se produjeron en todos los niveles de las administraciones públicas, si bien fue en las comunidades autónomas donde alcanzó una mayor magnitud".

Otra de las conclusiones es que las CCAA eligieron mal año para estrenar nuevo sistema de financiación. A lo largo de 2011, su participación en la recaudación de impuestos estatales creció ostensiblemente: del 33% al 50% en el IRPF; del 35% al 50% en el IVA y del 40% al 58% en los Impuestos Especiales.

¿El resultado? Que en un panorama de depresión económica generalizada, también el impacto negativo iba a ser mayor. Exactamente como ha sido.

Para el organismo regulador,"el desbordamiento que han mostrado las cuentas públicas este año muestra la existencia de algunas debilidades en los procedimientos de seguimiento y control de la ejecución presupuestaria".

No es para menos: las comunidades autónomas gestionan el 37% del total del gasto de la Administración, pero son responsables del 55% del coste en personal, con lo que en este punto nace un primer punto de distorsión.

La salida prevista por las autonomías, según el Banco de España, va a ser la habitual: subir los impuestos. A partir de su análisis de los primeros documentos de Presupuestos de cada cual, el conjunto de las regiones espera mejorar con cierta holgura sus ingresos fiscales.

¿Y cómo se hace eso en plena recesión? Subiendo los impuestos (o habiendo calculado muy por lo alto los ingresos para cuadrar cuentas frente a los gastos, lo que puede provocar que pase de nuevo como en 2011: que se recaude mucho menos de lo esperado y se dispare el déficit en el último momento).

Si sólo se observan las previsiones de ingresos, las CCAA confían en terminar 2012 con un leve crecimiento del 2,4% en la recaudación de tributos directos (IRPF y Sociedades, en mayor parte, aunque aquí también se incluye a aquellas que reanudarán el cobro de Patrimonio). Hasta aquí, no se peca mucho de optimismo.

Aunque el verdadero golpe al bolsillo de los ciudadanos vendrá de los Impuestos Indirectos, donde el crecimiento conjunto calculado es de nada menos un 10,6%. A la espera de lo que ocurra con el IVA (cuyos tipos generales dependen del Estado), el recorrido inicial parece que partirá de los Impuestos Especiales y los propios.

Si todo esto les ha parecido optimista, anoten el otro gran flujo de efectivo que esperan explotar las autonomías durante el año que acaba de empezar. Hablamos de los ingresos patrimoniales, cuya previsión se ha inflado en un 36,7% para 2012. ¿Tantos edificios van a vender cuando ya en 2011 han tenido serios problemas para ajustar esta partida?

Pero el ajuste de cuentas autonómico también tendrá su parte por la vía del gasto y volverán a ser las inversiones, cuyo recorte global se estima en un 14,5% para 2012.

Lo malo es que, con la construcción en ruinas, la obra pública era la única salida posible de un sector que, a poco que funcione, tira del resto de la economía y multiplica los ingresos vía impuestos.

Hoy día, las autonomías invierten la mitad de lo que lo hacían en 2008, recuerda el Banco de España, con lo que difícilmente se reactivará esta pata del crecimiento y, por lo tanto, habrá escaso impacto en los impuestos a recaudar: el círculo vicioso de la macroeconomía es implacable.

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