"El Congreso dispone de cerca de dos semanas para aprobar un presupuesto", recordó el presidente durante una alocución ante empresarios en Washington.
"Si los legisladores no lo hacen, paralizarán el gobierno federal por segunda vez en dos años", destacó. El presidente denunció además que estaban predominando "cuestiones ideológicas" que nada tienen que ver con asuntos presupuestarios.
El año fiscal 2016 comienza el 1 de octubre y el Estado federal no podrá funcionar normalmente si el Congreso no aprueba antes los recursos.
Pero una parte de la derecha estadounidense, escandalizada por algunas medidas de Planned Parenthood (Paternidad Planificada), la mayor organización estadounidense de planificación familiar, se niega a aprobar cualquier presupuesto si el Congreso no suprime el financiamiento a esa organización.
Algunos legisladores están dispuestos a mantener una pulseada y quieren aprovechar el plazo del 30 de septiembre a medianoche para que se acepten sus condiciones, a pesar del riesgo de que se tenga que "cerrar" algunos organismos estatales.
"La última vez que los republicanos paralizaron el gobierno, eso le costó miles de millones de dólares a nuestra economía", insistió Obama, quien opinó que no es una manera "sensata" de hacer política.
Los líderes republicanos, que recuerdan su fracasado combate de 2013, cuando recurrieron a la misma táctica para oponerse a la reforma sanitaria de Barack Obama, prometieron evitar el cierre de agencias federales y proponen leyes transitorias para evitarlo. Pero la facción ultraconservadora del partido se niega a seguir un camino de consenso.
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