Padres e hijos, divididos ante las series juveniles


La mayoría de padres e hijos tienen una opinión confrontada sobre la idoneidad de los contenidos que incluyen las series juveniles que se ven en televisión.
Así se desprende del estudio "Las series y la televisión de entretenimiento juvenil", presentado esta semana en unas jornadas sobre juventud y consumo televisivo organizadas por la Fundación de Ayuda contra la Droga (FAD), el Ayuntamiento de Madrid y la entidad gestora de derechos audiovisuales Egeda.
Según los autores del informe, entre los padres "se ha instalado un discurso mayoritario, en el sentido de que las series juveniles transmiten valores equivocados y perjudiciales".
Creen que estos formatos ofrecen un reflejo distorsionado frente a la normalidad, a través de modelos "no normales" que perciben personas inmaduras.
Para los progenitores, hay otros programas más aconsejables en televisión que estos, porque "por lo menos hacen algo" o "se observan a jóvenes más sanos y menos estrafalarios".
Los jóvenes, en cambio, creen que las series juveniles son como los culebrones de los adultos, que se nutren de realidad pero la llevan al límite. A su juicio, tienen de bueno que "las temáticas son reconocibles y cercanas, pero llevadas al extremo" y es "lo que engancha: no ver lo de todos los días".
El estudio resume la opinión de los jóvenes con esta declaración: "Nuestros padres piensan que son poco realistas, pero se preocupan más porque creen que no sabemos cómo son las cosas, pero ya nos las sabemos todas".
Sobre los contenidos juveniles que se ven en televisión, los autores advierten de que existe un salto entre los contenidos claramente infantiles y los que ya son aparentemente para adultos. La percepción, afirman, "es que no hay prácticamente contenidos para adolescentes, o de que no son muy adecuados". En otras palabras, añaden, de las series de Disney se pasan a las del tipo de "Física o química".
El estudio también revela que los hijos controlan cuándo y cómo se ve la tele en familia, que cada vez se hace en menor medida por la expansión de Internet y de los segundos y terceros televisores en las habitaciones del hogar. La mayoría de los programas que ven juntas las familias tienen un componente importante de humor.

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