París quiere que en la cumbre de la UE se hable de economía

París, 29 ago.- Francia quiere que la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) de mañana en Bruselas aborde asuntos económicos y, en particular, la necesidad de flexibilizar el pacto presupuestario, según indicó hoy una fuente de la Presidencia gala.

Convocada inicialmente para designar al presidente del Consejo Europeo y la representante de la política exterior, en sustitución de Herman van Rompuy y Catherine Ashtom, respectivamente, el presidente galo, François Hollande, propondrá que se aborden también asuntos de la agenda económica.

"No se trata de tomar decisiones, pero nos parece importante que se aborde la cuestión", señaló la fuente, sabedora de que también se abordarán otros asuntos de la agenda internacional, como la crisis de Ucrania.

Para respaldar sus tesis, Hollande reunirá mañana por la mañana en París, horas antes del inicio de la cumbre en Bruselas, a una decena de líderes socialdemócratas con los que espera consensuar una postura.

Entre los participantes en el encuentro figura el primer ministro italiano, Matteo Renzi, los jefes de Gobierno de Austria, Bélgica, Croacia, Dinamarca, Malta, Rumanía y Eslovaquia, además del vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel, el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, y representantes de los Ejecutivos de coalición de Luxemburgo, la República checa y Holanda.

París pretende que el Consejo analice la situación en función del estancamiento económico que sufre Europa, el riego de deflación y el cambio de doctrina en el Banco Central Europeo (BCE).

El presidente francés considera que "no hay acción eficaz en cada uno de los países si no se actúa a nivel europeo".

"Hay un problema a nivel de la demanda en Europa. Los esfuerzos que hace cada país por mejorar su competitividad no sirven si no se estimula la demanda", indican en el Elíseo.

Por ello, Hollande pretende que de la reunión de mañana salga el compromiso de organizar la cumbre del Eurogrupo en la que propondrá "flexibilizar el pacto de estabilidad" para adaptarlo a cada país y que no suponga un obstáculo al crecimiento económico, que debe ser la prioridad.

También quiere que se desbloquee la inversión a nivel europeo, los 300.000 euros de los que habló el futuro presidente de la Comisión, el conservador luxemburgués Jean-Claude Juncker, para estimular la economía.

El presidente francés llegará con estas propuestas bajo el brazo a Bruselas y espera tener para entonces el respaldo de los socios socialdemócratas, con quienes se habrá reunido en París.

Pero también aseguran mantener contactos con países con Gobiernos conservadores pero que comparten los problemas presupuestarios de Francia, como es el caso de España.

"No se trata de hacer una política de frentes. La prioridad es avanzar", afirman en la Presidencia gala.

En cuanto a los nombramientos previstos para mañana, París espera también consensuar una postura común de los socialdemócratas sobre la identidad de los sustitutos de Van Rompuy y de Ashton.

Para el segundo caso, parece claro el apoyo de París a la ministra italiana de Exteriores, Federica Mogherini.

En cuanto al nuevo presidente del Consejo, Hollande espera que el elegido sea "una personalidad fuerte que encarne bien Europa".

Los dos nombres que están encima de la mesa, los primeros ministros de Polonia, Donald Tusk, y Dinamarca, Helle Thorning-Schmidt, serían buenos para París, que espera las propuestas de Van Rompuy.

"Nos interesa más el debate de las prioridades que el de las personas", indican a la Presidencia gala.

Los socialdemócratas respaldaron el nombramiento del conservador Juncker al frente de la Comisión, por lo que el presidente socialista francés considera que "para mantener el equilibrio" fuera un hombre de su sensibilidad política quien ocupara la comisaría económica.

París quiere que ese puesto sea para su candidato a la Comisión, el exministro de Economía Pierre Moscovici.