Petrobras reitera que refinería en EEUU fue mal negocio, pero sin corrupción

  • La presidenta de la estatal brasileña Petrobras, Graça Foster, reiteró hoy que la compra de una refinería en EE.UU., que la oposición ha puesto bajo sospecha, fue un "mal negocio", pero confió en que el perjuicio sufrido será revertido y negó que haya habido irregularidades en el negocio.

Brasilia, 30 abr.- La presidenta de la estatal brasileña Petrobras, Graça Foster, reiteró hoy que la compra de una refinería en EE.UU., que la oposición ha puesto bajo sospecha, fue un "mal negocio", pero confió en que el perjuicio sufrido será revertido y negó que haya habido irregularidades en el negocio.

"Las perdidas de Petrobras con la refinería de Pasadena (EE.UU.) pueden ser recuperadas total o parcialmente", declaró Foster ante la comisión parlamentaria de Fiscalización Financiera.

La presidenta de Petrobras fue interpelada respecto a la compra de la refinería de Pasadena, que según admitió la empresa supuso unas pérdidas por el orden de unos 500 millones de dólares, aunque los cálculos de la oposición llegan a duplicar esa cifra.

La operación fue aprobada en 2006 por los miembros del Consejo de Administración de Petrobras, que en la época era dirigido por Dilma Rousseff, actual presidenta del país y en la época ministra de la Presidencia en el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.

Foster reiteró hoy que, con el tiempo, la compra se reveló como un "pésimo negocio", a pesar de que las perspectivas que ofrecía en su momento eran "promisorias".

Según Foster, en Pasadena la empresa pretendía centrar el refino de su petróleo pesado, que perdió mercado desde la adquisición.

"Era importante para Petrobras tener un parque de refino en el exterior para el petróleo pesado" que representaba la mayor parte de su producción, y "las expectativas eran muy positivas", explicó.

Sin embargo, señaló que después de la adquisición las condiciones del mercado cambiaron, así como la producción de Petrobras, que pasó a centrarse en un petróleo ligero de alta calidad descubierto en las aguas profundas del océano Atlántico.

Según la propia Rousseff ha admitido, la compra de la refinería fue aprobada por el Consejo de Administración de Petrobras en una sola reunión y sin que los documentos presentados por los técnicos citasen dos cláusulas lesivas para la empresa.

La mitad del capital de la refinería fue adquirido a la firma belga Astra Oil por 360 millones de dólares, pese a que esa empresa había pagado un año antes 42,5 millones de dólares por la totalidad.

Petrobras fue luego forzada a desembolsar otros 820 millones de dólares por la otra mitad del capital, debido a una cláusula en el contrato que obligaba a la firma brasileña a adquirir el 50 % restante en caso de divergencias entre los socios.

Esa cláusula y otra que obligaba a Petrobras a garantizarle un beneficio mínimo a Astra Oil mientras compartieran la refinería, independiente de las ganancias o pérdidas, no fueron presentadas al Consejo de Administración, según admitió Foster.

Por esa omisión, la empresa ha responsabilizado a su antiguo director del área internacional Néstor Cerveró, quien ya ha declarado sobre el asunto ante el Congreso y alegó que las consideró "irrelevantes" y que por ello no informó sobre ellas al Consejo de Administración.

Pese a ello, la presidenta de Petrobras rechazó que haya habido indicios de corrupción y aseguró que las pérdidas sufridas por la empresa con esa operación pudieran ser revertidas, pues la refinería continúa operando.

Por ese asunto, y otros relativos a la administración de la que es la mayor empresa brasileña, el Congreso se apresta a instalar la semana próxima una comisión especial, que se propone investigar todos los negocios de Petrobras durante los últimos años.

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