España pierde una posición y se sitúa como el sexto país más atractivo del mundo para invertir en energías renovables

Servimedia

España ocupa la sexta posición mundial entre los mejores países para invertir en energías renovables, según el informe que elabora trimestralmente Ernst & Young, en el que

Estados Unidos y China se mantienen en el primer y segundo puesto, respectivamente.

Por detrás de Estados Unidos y China, se sitúan Alemania, India e Italia, que ocupan la tercera, cuarta y quinta posición, respectivamente.

España, con una puntuación global de 59, desciende un puesto en relación al Índice anterior compartiendo la sexta posición con Reino Unido.

Sin embargo, España sigue siendo una referencia para los inversores en energía termosolar con una puntuación de 69, lo que la mantiene en la segunda mejor posición en este tipo de energía, sólo por detrás de Estados Unidos que encabeza la tabla con 75 puntos.

"El descenso de la posición relativa de España viene provocado fundamentalmente por las iniciativas recientemente aprobadas en Reino Unido, entre las que destaca la concesión de licencias para el desarrollo de 32 GW (gigavatios) de energía eólica marina, así como por las noticias más recientes relativas a nuestra energía fotovoltaica", explica Francisco Rahola, Socio Responsable de Energías Renovables de Ernst & Young.

Entre las claves que mantienen a EEUU y China en las primeras posiciones, el informe destaca los últimos planes anunciados por sus respectivos gobiernos para incentivar el uso de esta energía.

Escasez de capital

En un momento en el que los mercados de capitales están aún restringidos y, probablemente, seguirán estándolo en un futuro próximo, el acceso al capital representará el mayor reto para el sector de las energías renovables.

Según el informe, "los mercados energéticos en todo el mundo están compitiendo cada vez más por captar la atención de nuevos inversores. Dentro de cada territorio, también existe dicha competencia entre los diferentes sectores de infraestructuras ante la escasez de financiación.

La recesión económica y, en particular, la crisis financiera ha llevado a los inversores en estos proyectos a retirarse a sus mercados locales y a centrarse en sus actividades tradicionales. Esta tendencia ha provocado que las consecuencias de la restricción del capital hayan sido más fuertes en aquellos mercados con un sector de renovables menos maduro o con un mayor número de empresas incipientes.

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