Asalto contra la sociedad abierta

"Pluralismo liberal" o cómo combatir el dogma de las religiones posmodernas

El nuevo libro del reputado economista Lorenzo Barnaldo de Quirós ahonda en la crisis de la suplantación de la fe por el consumismo de ideologías y los populismo de izquierdas y derechas.

Manifestación feminista.
"Pluralismo liberal", o cómo combatir el dogma de las religiones posmodernas.
EFE

De igual modo que el profetismo y la escolástica comunista de mediados del siglo XX suscitaban sentimientos análogos a los religiosos -"el fin justifica los medios y cualquier sacrificio temporal es aceptable para llegar a la tierra prometida"-, en la era posmoderna la Humanidad busca y rebusca ideas, constructos y causas colectivas a las que adherirse. Pero, ¿qué ocurre cuando esa ideología dogmática yace desde hace décadas derrumbada junto algún ladrillo del muro de Berlín, cuando hace lustros que la Iglesia ha desmentido el Infierno y conferido al Cielo un estatus meramente alegórico? Que surgen nuevas y renovadas religiones, sectarias, seculares y dogmáticas. Y ese inédito escenario es el que pretende diseccionar 'En defensa del pluralismo liberal: contra las religiones posmodernas', el nuevo libro del reputado economista Lorenzo Bernaldo de Quirós, que sale a la venta este 16 de junio.

La crisis de la suplantación de la fe por el consumismo de ideologías, el auge de los populismo de izquierdas y derechas o la imposición subrepticia de un "comunismo de facto" en las sociedades occidentales son los ejes centrales de un ensayo que aflora las profecías erradas a lo largo de la Historia en torno al capitalismo -desde el idealismo hegeliano al de Fukuyama, pasando por la doctrina marxista- y a la incapacidad de un Estado liberal de salvaguardar los grandes ejes sociales: seguridad personal, libertad de expresión, igualdad ante la ley, discriminación positiva para colectivos vulnerables...

Para Bernaldo de Quirós, el problema de los grandes filósofos que han alabado a lo largo de la Historia las virtudes del idealismo es que no parecen intuir el carácter revolucionario y desestabilizador de las actuales religiones posmodernas: "Quizá ese no sea un riesgo real en EEUU, extremo discutible, pero sí lo es en otros lugares y, sobre todo, en Europa". Especialmente porque el autor considera que parte de esa ideología sigue presente: "Aunque la muerte del socialismo real supuso la desaparición de una alternativa sistémica al capitalismo democrático, el marxismo no ha muerto. Goza de una extraordinaria vitalidad, muchas veces subliminal e invisible otras evidentes, en las sociedades occidentales".

El auge de las "iglesias posmodernas"

Sin embargo, Bernaldo de Quirós concede que en todo sistema capitalista existe un tipo de opresión tradicionalmente argüida por la doctrina marxista: la economía. Pero, muerto el comunismo del siglo XX y dentro de sociedades irreversiblemente capitalistas, el autor se pregunta cuáles son las proclamas, los dogmas de esa izquierda insatisfecha, En el libro, señala cinco elementos que definen a la sociedad imperfecta, desde esa perspectiva postmarxista: "falocrática, autocrática, tiránica, homófoba o negacionista", dependiendo del subgrupo ideológico al que se pertenece. "Y siempre con una F mayúscula unificadora: Fascista", apunta, al tiempo que considera que se trata de un ideario que, si bien parecía extinto desde mediados del siglo XX, "ha tenido un vigoroso renacimiento en las últimas décadas".

Por eso, el autor se pregunta cómo es posible este fenómeno, cuál es el contexto que ha permitido que esas teorías aparentemente olvidadas hayan resurgido en el siglo XXI. Paradójicamente, apunta Bernaldo de Quirós, es el capitalismo el que les da amparo: "Es el resultado de su victoria cultural, construida paso a paso con una persistencia digna de encomio. Durante los últimos sesenta años, sus planteamientos han mostrado una extraordinaria capacidad no ya de pervivir, sino de extenderse en las sociedades abiertas". Algo que, en su opinión, ha derivado en una suerte de buenismo generalizado e impuesto solo desde un extremo ideológico, sustituyendo a ese dogma católico que imperó en España hasta la caída del franquismo: "En gran medida, se han transformado en la principal amenaza para su preservación al cristalizar en mandamientos de cuasi obligado cumplimiento para todo individuo que quiera considerarse civilizado".

La tesis que maneja Bernaldo de Quirós pasa por una suplantación del dogma eclesiástico, otrora dominante en las sociedades occidentales por un nuevo régimen normativo en el que impera la herencia del dogma marxista. Pero también, especialmente en los últimos tiempos, del resurgir del fascismo en forma de populismo. Y es también ese pluralismo liberal el que da amparo a estos nuevos movimientos y los plasma bajo figuras como Donald Trump, Jair Bolsonaro, Boris Johnson... Todos ellos constituyen una amenaza similar al del comunismo heredado, ya que en última instancia ponen en riesgo la supervivencia del Estado plural y democrático en el que vivimos.

Los populismos, fruto del "paleo conservadurismo"

En este sentido, el autor equipara la normatividad colectiva impuesta por "iglesias posmodernas" como el feminismo o el ecologismo a la de otro dogma bastante más moderno: el de los "paleo conservadores", que en aras de la "reconstrucción de la identidad cultural y del Estado-nación exigen gobernar la globalización o, para decirlo con todas las palabras, limitar su alcance. Aunque muchos teóricos de esta corriente son abiertamente proteccionistas y nacionalistas xenófobos, otros dicen oponerse sólo al globalismo. [...] La Unión Europea, la ONU, el FMI, el Club Bilderberg, la Trilateral, etcétera, son ejemplos de ese tipo de instituciones que controlan y dirigen el mundo al margen de los deseos e intereses de los ciudadanos", según esta perspectiva".

Para Bernaldo de Quirós, ese enfoque resulta siempre "muy atractivo para amplios sectores de la población porque ofrece una explicación sencilla de fenómenos complejos y porque les libera de cualquier responsabilidad". Para ello, los populismos de derechas recurren a la estrategia machacada por la Iglesia durante siglos y adoptada por los grandes líderes ultranacionalistas de la Historia: el enemigo externo. De ahí la proliferación de las "teorías de la conspiración" por doquier: antivacunas, ufólogos, racistas supremacistas... En pleno siglo XXI, hemos visto cómo se cuestionan la evolución o la rendondez de la Tierra.

"El Fascismo no es menos europeo que la democracia liberal. No sólo Savonarola o Torquemada eran occidentales, sino también Hitler y Mussolini. La tolerancia, la libertad individual y política son rasgos definitorios del Oeste desde hace relativamente poco tiempo", señala Bernaldo de Quirós, al tiempo que se suma al vacío existencial del posmodernismo, a esa corriente que contempla con desolación la ausencia cada vez mayor de valores en las sociedades occidentales en las últimas décadas. Su diagnóstico: "La mayoría de las personas tiene convicciones morales, pero pocos tienen una teoría moral sólida".

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