Podemos plantea exprimir a la banca y a las empresas 'sucias' con más impuestos

Pablo Iglesias
Pablo Iglesias
EFE

Podemos propone para las generales de noviembre un programa prácticamente idéntico al que presentó en los comicios de abril. En él, hará hincapié en medidas frente a una posible recesión económica, como crear un nuevo impuesto para las grandes fortunas con el objetivo de recaudar hasta 1% del PIB de patrimonios superiores al millón de euros.

El documento, que quiere hacer frente a una nueva crisis económica "con garantías", incluye también un impuesto sobre los beneficios de las grandes empresas por contaminar, el impuesto a la banca que aumente 10 puntos el tipo impositivo de las entidades financieras o eliminar privilegios fiscales de grandes corporaciones con un tipo mínimo efectivo del 15%.

En el documento resumen de las medidas más relevantes, al que ha tenido acceso Europa Press, señalan que pretenden rehabilitar al menos 500.000 viviendas al año para que afronten la transición energética, y fuentes apuntan que podrían llegar hasta el millón de viviendas al año.

Además, al igual que en abril, desde Podemos prevén derogar tanto la reforma laboral de José Luis Rodríguez Zapatero de 2010 como la de Mariano Rajoy de 2012. Quieren un ingreso básico garantizado de al menos 600 euros al mes, alcanzar en la legislatura un salario mínimo interprofesional de 1.200 euros y que la jornada laboral sea de 34 horas semanales.

Apuesta por el referéndum

Unidas Podemos mantendrá su apuesta por la celebración de un referéndum en Cataluña como vía para desatascar la situación, pero no será una línea roja en las hipotéticas negociaciones que celebre después de las elecciones del 10 de noviembre. Fuentes de la dirección de Podemos han destacado que ésta sigue siendo su posición ante la sentencia del juicio del 'procés' que emitirá previsiblemente esta semana el Tribunal Supremo.

Quieren en Unidas Podemos que el contenido de la sentencia, de la que se espera imponga penas de cárcel a los acusados por sedición y malversación, entre otros delitos, no capitalice lo que queda de precampaña y la campaña, cuyo comienzo oficial será el 1 de noviembre. En el partido de Pablo Iglesias tienen claro que la solución, el factor de distensión, pasa por el diálogo entre las partes y en última instancia por la organización de un referéndum en el que los ciudadanos expresen qué encaje desean dentro del Estado.

Ahora bien, como destacan las fuentes de la dirección, la consulta no será una exigencia inamovible si toca negociar la investidura o la gobernabilidad tras las elecciones. Dialogarán los representantes de Podemos en esas posibles negociaciones sobre el referéndum, así lo han recalcado las fuentes, pero no lo marcarán como línea roja ni como elemento irrenunciable de la negociación.

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