Políticos y empresarios piden seguir controlando al menos Aguas de Valencia

Valencia, 28 nov.- El mantenimiento de la identidad de Banco de Valencia y del control en Aguas de Valencia, donde aquél tiene una importante participación, son algunas de las principales preocupaciones mostradas hoy desde los ámbitos político y empresarial tras el anuncio de compra por parte de CaixaBank.

Anoche, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) anunció que inyectará al Banco de Valencia 4.500 millones de euros antes de venderlo a CaixaBank, que con esta adquisición afianzará su liderazgo en el mercado español y ganará cuota de mercado en la zona mediterránea.

Inversiones Financieras Agval es la sociedad propietaria de Aguas de Valencia, con el 60,68 % del capital, repartido entre Banco de Valencia (49 %) y Fomento Urbano de Castellón (FUCSA), del empresario Eugenio Calabuig (51 %).

La situación derivada de esta operación en la empresa de suministro de aguas ha llevado a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, a decir que es conveniente que la mayoría de la gestión en la compañía esté conformada por valencianos.

El presidente de Aguas de Valencia, Eugenio Calabuig, ha manifestado a EFE que no parece lógico que un competidor "se haga con el otro" con dinero público, en relación a Aguas de Barcelona, participada por CaixaBank, y a la compañía valenciana, en cuyo accionariado está Banco de Valencia.

Calabuig ha manifestado su intención de comprar la participación de Banco de Valencia si se pone a la venta y ha recordado que Fomento Urbano de Castellón "ya lleva tiempo intentando comprar".

Por su parte, el presidente de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra, ha afirmado que la adquisición de Banco de Valencia por CaixaBank dará estabilidad y garantizará "la transmisión de financiación" a la sociedad valenciana, aunque espera que se mantenga la identidad del banco valenciano.

Para Fabra, el catalán "es un banco solvente que puede garantizar la necesidad de transmisión de financiación a la sociedad valenciana".

Sin embargo, ha dicho que lo que quiere la Generalitat es que se mantenga la identidad del Banco de Valencia, y que se ayude "a mantener aquellas instituciones que son emblema y referencia a nivel de empresas en la Comunitat Valenciana".

Los grupos parlamentarios de la oposición han exigido explicaciones al PP por la "desaparición del sistema financiero valenciano".

El portavoz socialista de Economía, Francisco Toledo, ha lamentado que la Generalitat y su presidente no hayan "pintado nada" ni dado "ningún tipo de solución" a una crisis "profunda" que afectará al futuro de esta autonomía, que ha perdido también Bancaja, CAM y gran parte de las cajas rurales.

Mireia Mollà, de Compromís, ha dicho que se trata de "la última historia" del sistema financiero valenciano, consecuencia de la "mala gestión" de los poderes políticos, mientras que Marga Sanz (EU) insta al PP a dar explicaciones por haber "dejado caer" a esta entidad e involucrarla en el negocio del ladrillo, y a decir qué va a pasar con los trabajadores y con los ahorros de los valencianos.

Pro Banco de Valencia, asociación que representa el 2,5 % del capital de la entidad, ha mostrado su confianza en que CaixaBank se ha quedado con el banco valenciano "para sumar y no para restar" y aprovechará "todos los activos que tiene".

El anuncio de la venta de Banco de Valencia supone para los empleados, según el responsable de la sección sindical de CCOO, José Patricio García Villalbos, "salir de una incertidumbre" y abrir el proceso de integración para equiparar la situación laboral de los empleados de ambas entidades.

Se da la circunstancia de que se trata de un banco y una caja, acogidos a dos convenios distintos -uno al de banca y la otra al de cajas de ahorros- con diferencias en categorías y otros aspectos.

La Comisión Europea (CE) considera que el coste total de la venta del Banco de Valencia a CaixaBank "es inferior al coste que supondría la mera liquidación del banco".

Fuentes de CaixaBank han señalado a EFE que aún es pronto para determinar si la entidad mantendrá en un futuro la marca Banco de Valencia, aunque han recordado que tras la adquisición de Banca Cívica el grupo que preside Isidro Fainé optó por la marca compartida, manteniendo el nombre de las diferentes cajas que dieron lugar a Cívica junto al de CaixaBank.