Lisboa, 19 jun.- Portugal pagó un interés más alto para colocar hoy 1.500 millones de euros en deuda mientras anunciaba un adelanto de la octava evaluación de la troika a su rescate financiero, en la que debe presentar una fuerte reducción de gastos.
El Tesoro luso vendió 1.050 millones de euros en bonos a 18 meses con una rentabilidad del 1,6 %, una décima más que en marzo, y otros 450 millones en títulos a seis meses con el 1,04 %, dos décimas más que hace un mes.
La subida de los intereses rompe la tendencia de las subastas de bonos lusos de los últimos meses, pero era esperada por la mayor presión de los mercados sobre los países europeos con problemas de deuda.
En cambio no se esperaba que el próximo lunes vuelvan ya a Portugal los técnicos de la troika, que han adelantado su visita casi un mes para iniciar una nueva evaluación del rescate concedido hace dos años, tras el complicado y largo examen anterior que sufrió la economía lusa.
El ministerio portugués de Finanzas precisó hoy que esta misión, de "carácter técnico", será previa a la visita regular de los representantes de la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), las tres entidades que otorgaron y vigilan el rescate luso.
También el ministro de la Presidencia, Luís Marques Guedes, subrayó hoy que la adelantada visita de la troika -que no era esperada en Lisboa hasta el 15 de julio- es "meramente intermedia" y no se trata de una sorpresa ni de algo extraordinario.
En esta octava evaluación la UE y el FMI exigen al Gobierno conservador luso la presentación de un plan de reforma del Estado que ahorre 4.700 millones de euros entre 2013 y 2014.
Buena parte del contenido de esa reforma ya está anunciado e incluso aprobado por el Ejecutivo, pero aún se deben concretar muchas de las partidas del gasto público que serán reducidas.
Los recortes, en número y coste, de los empleados y servicios del Estado así como el sistema de pensiones están entre las principales fuentes de ahorro, que se suman a las duras medidas de austeridad ya adoptadas en los últimos dos años en Portugal con el rechazo de toda la oposición y los sindicatos.
La llegada de los técnicos de los organismos internacionales a Lisboa el lunes se producirá apenas dos semanas después de que el FMI liberara, con gran retraso, el tramo correspondiente a marzo (657 millones de euros) de su ayuda a Portugal.
La séptima evaluación del país, necesaria para autorizar esa partida, está aún pendiente de que los ministros de europeos de economía le den oficialmente el visto bueno, como ya hizo el FMI.
Ese examen, el más problemático desde la concesión del rescate, se alargó tres meses por una sentencia, en abril, del Tribunal Constitucional luso que anuló varios recortes de gastos incluidos en los presupuestos de 2013 y obligó al Ejecutivo a aprobar medidas sustitutorias el mes pasado.
Superar los exámenes de la troika es indispensable para que Portugal reciba, poco a poco, los fondos del rescate, que se acaban este año.
En 2014 el país debe financiarse por sí solo en los mercados donde subastas a corto plazo, como la de hoy, son una muestra de las posibilidades que tiene de conseguirlo.
En esta ocasión, pese al incremento de los intereses, la oferta de títulos lusos fue superada otra vez, y con mucho, por la demanda, que fue del doble para los bonos a 18 meses y de 2,5 veces más en el caso de los títulos a seis meses.
No obstante esta colocación fue peor que la anterior, hace un mes, en la que Portugal pagó los intereses más bajos por su deuda a corto plazo desde la petición del rescate, en abril de 2011.
En esa misma emisión el Tesoro luso vendió 1.250 millones de euros a un año y el 1,23 % de interés y 500 millones de euros a seis meses y el 0,81 %.
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