La denuncia busca acabar con "un sistema de vigilancia masivo e indiscriminado que han puesto en marcha los alcaldes de las comunas de Lo Barnechea y Las Condes y que vulnera el derecho a la vida privada", de las personas, dijo a la AFP Pablo Viollier, integrante de la organización Derechos Digitales.
"La seguridad pública no se puede usar para vulnerar la privacidad", puntualizó Viollier, que junto a integrantes de la Fundación Datos Protegidos y la Corporación Fundamental -organizaciones civiles- presentaron la denuncia y cuatro casos de vecinos que dan detalles de cómo la instalación de los globos a pasos de sus viviendas los obligaron a cambiar sus hábitos por temor a ser vigilados en la intimidad.
Este sistema de seguridad "está tratando a todos los ciudadanos como sospechosos de delitos", comentó Viollier que reprochó a las autoridades no haber informado a los vecinos los alcances del sistema antes de instalarlo.
Si el caso es desechado en esta instancia sus impulsores acudirán a la Corte Suprema de Justicia.
Instalados en dos inusuales focos de marginalidad ubicados en las ricas comunas de Las Condes y Lo Barnechea, en el oriente de Santiago, los globos vigilan a un radio de 30 cuadras a la redonda desde los 150 metros de altura.
Capaces de reconocer a una persona en movimiento a 1.600 metros de distancia, la tecnología de origen israelí surgió como respuesta ante un aumento en la sensación de inseguridad entre los chilenos, que no se relaciona con un aumento de los delitos sino con una mayor violencia de éstos, de acuerdo a datos oficiales.
Más allá del descontento social por falta de seguridad, Chile tiene una de las tasas de homicidios más bajas de América Latina (4,6 asesinatos por cada 100.000 habitantes).
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