Presupuestos. Morenés defiende las partidas para “fomentar la capacidad exportadora” de las empresas militares


El ministro de Defensa, Pedro Morenés, defendió este miércoles en el Congreso de los Diputados la parte de los Presupuestos Generales del Estado destinada a su departamento y se comprometió a dedicar “muchísimo tiempo a fomentar la capacidad exportadora” de las empresas militares para que esa industria tenga la certeza de que se acometerán las inversiones necesarias para darle “un horizonte de credibilidad”.
Al exponer el presupuesto de su departamento ante el Pleno del Congreso de los Diputados, ratificó que comparte el objetivo de reducir el déficit público y "poner la casa en orden", por lo que anunció un presupuesto riguroso y exigente y una voluntad de simplificación de estructuras, con un proyecto "creíble, pegado a la realidad de nuestra nación y solidario con los sacrificios de los ciudadanos".
Descartando de antemano la "demagogia" del debate "entre el gasto en cañones y mantequilla", dijo que la seguridad es "un bien para todos", y advirtió de que las continuas rebajas del presupuesto han supuesto que España invierta un 0,59% de su PIB, mucho menos que sus socios de la OTAN, que recomienda un gasto del 1%.
En esta situación, dijo que hace falta una reestructuración para la que pidió el apoyo de todos los grupos dada la condición de política de Estado que tiene la Defensa.
Como datos concretos, explicó que el Ministerio contará este año con 6.316 millones en créditos, un 11% menos que en 2011, y una dotación presupuestaria de 507 millones, de los que 309 ya se han destinado a compromisos anteriores, en particular la contribución española al proyecto Eurofighter.
Para personal y gastos de las misiones en el exterior se destinarán 716 millones, siempre susceptibles de ampliarse en función del desarrollo de tales misiones. Por último, de la enajenación y venta de inmuebles, Defensa espera ingresar este año 48 millones.
Como objetivos irrenunciables a pesar del recorte, el ministro señaló avanzar en la profesionalización de los militares, implementar completamente los nuevos planes educativos y cumplir compromisos internacionales.
Para mantenerlos, reiteró que acometerá un programa de reformas que afectará a todos los aspectos del Ministerio, racionalizando sus estucturas, y también a la tropa y marinería, que de momento se ha reducido de 83.000 a 81.000 efectivos. Esta racionalización de tropa y marinería se verá concretada por el informe que ya ha encargado al Jemad.
El portavoz socialista, Diego López Garrido, denunció la “desaparición” de las partidas necesarias para afrontar los pagos pendientes de los programas especiales de armamento, cuyo impulsor fue, recordó, el propio Morenés en su etapa de secretario de Estado en los gobiernos de José María Aznar.
Esos pagos equivalen al 3% del PIB y “eso sí que es una herencia recibida” aunque serán todos los españoles los que tengan que afrontarla, aunque no en estos Presupuestos.
Pese a los llamamientos del ministro al acuerdo, López Garrido acusó al Gobierno de “despreciar” el consenso, que significa cesión de todas las partes y no “decir amén” a todo lo que ya haya hecho el Ejecutivo.
También Pere Macías, de CiU, denunció la ausencia de las partidas para esos pagos pendientes, y reclamó que ese asunto se clarifique antes de la aprobación definitiva de los Presupuestos.
También reiteró la necesidad de un “plan especial de austeridad y reducción de las fuerzas armadas” en la línea de lo aprobado por otros países del entorno y en similares circunstancias, así como una “racionalización” del uso de los inmuebles.
El portavoz de ERC, Joan Tardà, comenzó enumerando los nombres de 41 guerrilleros antifranquistas de la posguerra para preservar su memoria que, insinuó, otros han querido olvidar, y pidió para ellos los mismos beneficios que para los oficiales del ejército republicano, con el objeto de que no se les considere "bandoleros".
Seguidamente comparó el precio de un Eurofighter al coste de cinco hospitales y se preguntó cómo puede el Gobierno “vender” a la ciudadanía que se sigan comprando los primeros mientras se recorta en Sanidad.
Tardà apuntó que con dos semanas sin gasto militar se cubriría el desfase de la cobertura de dependencia, y criticó también que el pago a los programas especiales de armanento se camuflen como gasto de Industria.
Por su parte, el portavoz de IU, José Luis Centella, tachó de "injustos" unos presupuestos donde la partida de Defensa disminuye menos que la de otros ministerios, y renegó de la cada vez mayor supeditación a los intereses de la OTAN.
Centella volvió a pedir la salida de Afganistán y sugirió reconvertir a la industria civil los puestos de trabajo que crea la militar para que el gasto público se centre en “dar salida” a ese sector.
El portavoz del PP, Vicente Ferrer, reconoció que la inversión en defensa “goza de mala prensa” en España y hay quien la considera “derroche propio de paranoicos” o simple fruto de “oscuras maniobras de la industria” militar.
Ferrer aseguró que el Gobierno ha logrado un “difícil equilibrio” entre la necesaria inversión y los ajustes que afectan a todos los ministerios, un “complejo juego de equilibrios”.
A quienes reclaman un aumento de la inversión les respondió esgrimiendo la crisis económica, y a quienes pretenden con sus enmiendas recortar el gasto, les dijo que es “radicalmente falso” su argumento, porque España dedica a ello “menos de la mitad” de la media europea.
Frente a las reclamaciones de Tardà, Ferrer subrayó que el Ejército “no es una ONG” y que resulta complicado encajar la ayuda humanitaria en los torpedos de los submarinos.
“Que la legión se vista de verde y desfile precedida de una cabra no la convierte en una organización ecologista”, advirtió Ferrer, para quien las reivindicaciones de ERC, sencillamente, “no son de este mundo”.

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