Madrid, 5 nov.- Gas Natural Fenosa prevé mantener estable el beneficio los próximos dos años, a pesar de la "losa" que supone el impacto de la reforma energética, gracias al plan estratégico presentado hoy, que se basa en programas de eficiencia y expansión de negocio.
La actualización del plan estratégico ha coincidido con la presentación de los resultados de los nueve primeros meses del año, un periodo en el que el grupo energético ganó 1.120 millones de euros, un 0,4 % más, gracias a su actividad internacional, que ha compensado el estancamiento de su negocio en España.
Esta misma tendencia es la que plantea el grupo para los próximos años, algo que justifica tanto en la situación económica que atraviesa España como en los numerosos cambios normativos aplicados en los últimos años, que tendrán a partir de 2014 un impacto anual en las cuentas de la compañía de 600 millones de euros.
Según su nuevo plan estratégico, Gas Natural prevé invertir 5.200 millones de euros entre 2013 y 2015, centrada en el negocio de gas en Europa y en Latinoamérica, y con el objetivo de mantener el resultado operativo o ebitda por encima de 5.200 millones y el beneficio neto en torno a 1.500 millones.
Para alcanzar estas metas, el presidente de la firma, Salvador Gabarró, dibuja un plan de eficiencia de 300 millones de euros -que implicará ajustes de personal- y un "crecimiento orgánico", tanto con nuevos puntos de suministro como con la potenciación del negocio internacional de gas.
A esto añade unas "aspiraciones" a 2017, para cuando espera alcanzar 6.000 millones de ebitda, 1.900 millones de beneficio neto y 9.200 de inversión en el periodo 2013-2017.
Tanto Gabarró como el consejero delegado, Rafael Villaseca, se han mostrado optimistas respeto a la mejora de la situación económica española, lo que repercutirá en una recuperación de la demanda eléctrica a partir de 2014.
A esta mejoría en las perspectivas de la empresa también contribuirá normalización de la actividad de la planta Gas de Egipto, que permanece parada desde el año pasado, y para la que no se esperan cambios a corto plazo.
En cuanto a la política de retribución al accionista, la compañía mantiene el objetivo de un "pay out" -porcentaje de los beneficios que se reparte en forma de dividendo- en el 62 % y que este pago "será siempre y totalmente en efectivo".
De cara a 2017, añaden, contarán con flexibilidad adicional para acometer inversiones de hasta 7.000 millones de euros "si se presentaran las condiciones adecuadas".
Las cuentas presentadas hoy reflejan un ebitda -beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones- entre enero y septiembre de 3.865 millones de euros, un 1 % más, aunque la aportación de España a este indicador cayó un 2,1 %, de forma que el mercado nacional solo representa el 55,5 % del total.
La compañía ha continuado rebajando su nivel de endeudamiento y hasta septiembre la deuda financiera neta sumó 15.168 millones de euros, una cifra que se reduciría hasta los 14.384 millones si se descuenta el déficit tarifario pendiente de recuperar hasta septiembre.
En ese sentido, Villaseca se ha mostrado "convencido" de que este año no habrá déficit, tal y como había previsto el Gobierno, al tiempo que ha avanzado que, si se produjera desfase, le "parecería mal" que este se cargara en los balances de las eléctricas.
En esa línea, el plan estratégico prevé reducir la deuda de los 16.000 millones de euros en 2012 a alrededor de los 13.000 millones en 2015.
Con respecto a la reforma del sector gasista, Villaseca ha defendido que "no tiene sentido" que afecte a la distribución, ya que esta actividad contribuye a aliviar los desfases entre ingresos y gastos con unos 90 euros por cada nuevo punto de suministro.
En lo que se refiere a la posible desinversión de Repsol, actual titular del 30 % de la gasista, Gabarró ha asegurado que le "gustaría que no hubiera cambios en el capital", aunque "si quiere salir no puedo impedírselo" porque "no puedo evitar que un accionista se baje del carro de la empresa".
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