Primer año agitado para Salman a la cabeza del reino saudí

  • Cuando el rey Abdalá de Arabia Saudita falleció el 23 de enero de 2015, sus súbditos se esperaban un continuismo. No fue así: su sucesor, Salman, ha apostado por el cambio, aunque sin tocar al conservadurismo islámico.

Apenas unas horas después de su ascenso al trono, Salman, de 79 años, nombra a su hijo Mohamed, entonces menor de 30 años, como ministro de Defensa. Y padre e hijo multiplicaron los anuncios.

La gran potencia sunita adoptó una política exterior más férrea, se enfrenta al avance del yihadismo del grupo Estado Islámico (EI), tomó medidas de austeridad sin precedentes para corregir el déficit presupuestario récord e hizo caso omiso de las crecientes críticas en materia de derechos humanos.

"El cambio esencial estriba en una diplomacia más determinada", afirma Adam Baron del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.

"Los saudíes han desempeñado un papel de liderazgo más importante en la región, animados a la vez por la sensación de creciente ausencia (estadounidense) y su preocupación por la influencia de Irán" que, a su entender, gana terreno en Oriente Medio, en particular en Siria y en Yemen, añade.

La muerte en septiembre de unos 2.300 fieles en una estampida durante la peregrinación a La Meca acentuó las tensiones con Irán, un país de mayoría chiita, que perdió a más de 400 ciudadanos en la tragedia.

En enero Riad no dudó en romper relaciones diplomáticas con Teherán tras el saqueo de su embajada en Teherán durante manifestaciones de protesta contra la ejecución de un clérigo chiita en el reino.

Tres meses después de haber sucedido a Abdalá, un reformista prudente, Salman rompió con el pasado y abrió paso a una generación de dirigentes jóvenes.

Nombró al ministro de Interior Mohamed ben Nayef, de 56 años, como príncipe heredero y a su hijo Mohamed, vicepríncipe heredero, es decir el segundo en la línea sucesoria. El reino también se dotó de un ministro de Relaciones Exteriores más joven de lo acostumbrado: Adel al Jubeir, de 53 años.

Este rejuvenecimiento es positivo, estima Iman Fallata, de 46 años, fundadora de la iniciativa Baladi que ayudó a las candidatas a las elecciones municipales de diciembre, abiertas por primera vez a las mujeres.

"La mentalidad de los gobernantes ha cambiado mucho" con la emergencia de líderes jóvenes, recalca.

Ahora "se amoldan a lo que esperan los saudíes" y "les importa poco lo que quieran Occidente y la élite liberal", comenta un diplomático occidental.

"No buscan propiciar un cambio social como quería Abdalá", en un país en el que las mujeres se ven sometidas a infinidad de restricciones, añade.

Mohamed ben Salman, de 30 años, es el hombre fuerte del país. Acumula varias carteras, como el ministerio de Defensa y la presidencia de un nuevo organismo supervisor de Aramco, el gigante petrolero a punto de ser privatizado como parte de reformas anunciadas tras el derrumbe de los precios del petróleo.

Según varios diplomáticos y expertos, existe una lucha de poder incipiente entre él y Mohammed ben Nayef, el ministro del Interior a cargo de la lucha contra los yihadistas del EI.

Rompiendo con su tradicional "diplomacia pausada", el país se puso al frente de una coalición árabe que lleva a cabo desde marzo operaciones militares en Yemen contra rebeldes chiitas proiraníes.

Esta intervención "seguirá moldeando la península Arábiga durante años, o décadas", pronostica Baron.

Yemen es uno de los países árabes en los que Riad denuncia una injerencia de Irán.

Según un diplomático, los saudíes "se sienten aislados y abandonados por un amigo", debido al acuerdo nuclear concluido entre Teherán y las grandes potencias.

Frente al regreso de Teherán a la escena internacional, Riad decidió actuar. En diciembre reunió a las facciones políticas y armadas de la oposición siria para unirlas antes de las negociaciones con el régimen de Damasco, respaldado por Irán.

Cinco días después, Mohammed ben Salman anunció la formación de una coalición militar de 34 países para combatir "el terrorismo" en el mundo musulmán. "Ahora dirigimos la acción", resumió.

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