Ventas minoristas y producción industrial de China desaceleran más de lo esperado

El sector minorista de China facturó menos de lo esperado en julio, pese a los esfuerzos para reactivar la demanda, y la producción industrial se desaceleró, en nuevas señales de la pérdida de pujanza de la segunda economía mundial.

Las ventas minoristas registraron un crecimiento interanual de 10,2%, anunció el viernes la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS).

Ese guarismo es inferior al 10,6% registrado en junio y se sitúa bastante por debajo del 10,5% previsto por los analistas consultados por la agencia Bloomberg.

La pérdida de fuelle del sector minorista resultó tanto más sorprendente cuanto que el gobierno pretende dar alas al consumo interno y a los servicios para equilibrar un modelo de crecimiento que hasta ahora se basaba en las exportaciones y las inversiones.

China es un importante motor de la economía mundial, pero el año pasado registró su menor crecimiento en 25 años, de 6,7%.

En el primer semestre de 2016, el crecimiento se desaceleró aún más, a 6,6%, pero en el segundo trimestre volvió a su nivel de 2015. Esa estabilización se había logrado precisamente por el vigor de las ventas minoristas, alentado con importantes facilidades de crédito.

La producción industrial también se desaceleró, de 6,2% en junio a 6% en julio (en comparación con los mismos meses de 2015), colocándose por debajo de las proyecciones de los analistas.

"La dinámica económica pierde impulso y las inundaciones [de junio y julio en el sur y el centro del país] pudieron acentuar la tendencia", observó Yang Zhao, del grupo financiero Nomura.

"Las inundaciones causaron trastornos en la producción del cinturón económico del río Yangtse", coincide Louis lam, del banco ANZ. Además, la política de reducción de los excesos de las capacidades industriales deberían mantener la presión", agrega.

La industria pesada siguió afectada por la debilidad de la demanda (con una caída de las exportaciones), así como por una capacidad excedentaria de producción y por el endeudamiento galopante del sector siderúrgico.

Sin embargo, el aumento de la producción de acero se siguió acelerando en julio hasta un 2,6% interanual (frente a +1,7% en junio), pese a las denuncias europeas de prácticas de dumping por parte del mayor productor mundial de la aleación.

La ONS consideró por su lado satisfactorios los datos de julio. "En su conjunto, el desarrollo económico se mantiene en una horquilla razonable, con avances sólidos", afirmó.

La entidad gubernamental reafirmó igualmente su determinación "inquebrantable" de proseguir el proceso de transición.

Un proceso complejo que tienen su contracara, dado que la multiplicación de medidas de flexibilización del crédito disparó el endeudamiento y agravó la morosidad, socavando un pilar del sistema financiero.

La ralentización afecta a otros pilares, como el del comercio exterior: en julio, las exportaciones cayeron un 4,4% interanual (en su cuarto mes consecutivo de retroceso) y las importaciones se hundieron un 12,5% (en su 21º mes de caída).

El crucial sector inmobiliario y de la construcción, que se había estabilizado, da de nuevo señales de flojera, con inversiones en aumento de 5,3% en el periodo enero-julio, por debajo del 6,1% que había alcanzado en el primer semestre.

Las inversiones en bienes de capital -un barómetro del gasto público en infraestructuras- se ralentizó bruscamente, pasando de +9% en el primer semestre a 8,1% entre enero y julio.

El analista del grupo Nomura considera que el gobierno, si quiere cumplir con su meta de un crecimiento económico de por lo menos 6,5% en 2016, se verá obligado a aumentar el gasto público, con una "política más enérgica de reactivación presupuestaria".

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