Puerto Rico espera un presupuesto de reestructuración que no eleve la deuda

San Juan, 29 abr.- El gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, anunciará hoy el presupuesto estatal para el año fiscal 2014-2015, que por primera vez en dos décadas no elevará la deuda, lo cual implica recortes millonarios del gasto público.

Los detalles no se conocen aún, pero varios miembros del Ejecutivo filtraron hoy a medios locales e internacionales información sobre las grandes líneas de un presupuesto que presentará un recorte del 10 % en todas las agencias públicas, según la secretaria de la Gobernación, Ingrid Vila.

La responsable de la Hacienda, Melba Acosta, también confirmó hoy que se espera que el nuevo presupuesto sea cerca de 800 millones de dólares inferior al actual.

Para lograr ese recorte se eliminarán cerca de veinte organismos públicos y agencias, así como las subvenciones a las empresas públicas, a las que se les ordenará que sean autosuficientes económicamente.

También se espera el anuncio de un plan de acción con varios años de horizonte que incluya medidas para aumentar los ingresos, entre ellos el refuerzo de las medidas encaminadas a evitar el fraude y mejorar los mecanismos de recaudación de impuestos.

La idea es cuadrar ingresos y gastos y evitar así seguir inflando la abultada deuda pública (más de 73.000 millones de dólares) que asfixia una economía en recesión desde hace siete años y con una población en constante descenso, actualmente de 3,7 millones de habitantes.

El Gobierno quiere hacer el ajuste sin despedir a empleados públicos, pero es difícil dado que el Estado es el principal empleador.

Sólo en el pago de nóminas se invierten cerca de 6.700 millones de dólares de un presupuesto de 9.770 millones, por lo que las opciones para recortar entre 800 y 1.000 millones son limitadas.

Con los fondos federales que recibe la isla, el presupuesto consolidado actual alcanza los 29.165 millones.

El presupuesto que hoy se dará a conocer, abarca el periodo 1 de julio 2014-30 de junio de 2015 y es el primero desde que la calificación crediticia de Puerto Rico fue sido relegada al grado especulativo (el de los "bonos basura" o "chatarra").