Santiago de Chile, 1 abr.- La reforma tributaria que impulsa el Gobierno de Michelle Bachelet en Chile recaerá fundamentalmente sobre las grandes empresas, que entre 2014 y 2017 tendrían un alza paulatina en el impuesto a sus utilidades hasta un 25 %, desde el 20 % actual, informó hoy el Ministerio de Hacienda.
El proyecto de ley, que fue enviado ya al Congreso para su trámite legislativo, establece que la tasa impositiva subiría a un 21 % en 2014; un 22,5 % en 2015; un 24 % en 2016; y un 25 % en 2017.
"Esta es una reforma tributaria razonable (...) consistente con los objetivos de recuperar la senda de crecimiento de la economía y de darle sustentabilidad a este crecimiento en el largo plazo, al mejorar la distribución del ingreso", dijo el ministro de Hacienda, Alberto Arenas.
Junto con el incremento en la tasa del impuesto, la reforma determina también que las grandes empresas deberán tributar sobre la totalidad de los beneficios que obtengan cada año y no sólo sobre el porcentaje que retiren para repartir como ganancia entre los accionistas.
Ello implica la eliminación de una exención vigente desde la década de 1980, que permite a la empresas no pagar impuesto sobre aquellas utilidades que destinan a reinversión.
Esta medida sería aplicada a partir de 2018 y es consistente "con los principios de dar igual tratamiento a los ingresos provenientes del capital y del trabajo y dónde aporten más quienes generan más ingresos", precisó Arenas.
La reforma tributaria es una de las iniciativas centrales del Gobierno de la socialista Michelle Bachelet, ya que por esta vía se pretende financiar un gran cambio al sistema de enseñanza en el país, que otorgue gratuidad en todos los niveles de la educación y una mejora en su calidad.
Arenas dijo que el alza gradual en los impuestos irá "empalmada" con cambios progresivos en la educación, que pretenden ampliar sustancialmente la presencia de establecimientos públicos.
El ministro resaltó que las pequeñas y medianas empresas, que son la gran mayoría de las que operan en el país, no tendrán un alza en su tasa impositiva, ya que esta se aplicará sólo a las compañías registren utilidades anuales superiores a unos 138.000 dólares.
Al aumento en el impuesto a las ganancias de las empresas se sumaría a partir de 2018 una rebaja en la tasa máxima del impuesto a la renta de las personas, desde un 40 a un 35 %.
Estas disposiciones, en conjunto, se traducirían en una recaudación fiscal equivalente a 1,4 puntos porcentuales del producto interno bruto (PIB) del país.
Además se aplicarían incrementos específicos a productos como las bebidas alcohólicas y medidas para disminuir la evasión y elusión, que permitirían llegar hacia el 2018 a una recaudación fiscal global equivalente a 3,02 puntos porcentuales del PIB.
El Gobierno espera que el proyecto de ley, que ingreso al Congreso sin urgencia para su tramitación, sea aprobado por la Cámara de Diputados antes del 31 de mayo, cuando Bachelet dé su primera cuenta pública a la nación.
La Nueva Mayoría, coalición de centroizquierda que respalda a la mandataria, cuenta actualmente con mayoría en los dos estamentos que componen el Congreso.
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