El desarrollo profesional, el cuidado de las personas y el empoderamiento de los equipos son tres de los aspectos prioritarios en la gestión del talento en el tercer sector. A pesar de ello, casi la mitad de las ONG -un 47%- no tienen un plan estratégico con el que guiar a sus trabajadores a nivel laboral.
Es una de las grandes conclusiones que recoge el informe 'Desarrollo de talento y transformación cultural en las ONG', realizado por el Instituto de Innovación Social de Esade y la Fundación PwC. El documento pone en valor importancia del desarrollo de las personas y de la capacidad para atraer talento externo.
La encuesta realizada a 401 directivos y personas que trabajan en el tercer sector en España señala que hasta un 71% de Organizaciones No Gubernamentales no cuenta con un sistema para detectar el talento interno ni posibles promociones. Así, según el informe, una de las tareas pendientes de estas organizaciones es la de fomentar una cultura de aprendizaje e impulsar la movilidad interna para el desarrollo de sus empleados: el 38% atiende que asegurar una cultura de aprendizaje continuo y desarrollo laboral es una prioridad dentro del ámbito laboral.
La motivación, un factor clave
Por otra parte, el sentido de la motivación se establece como otro de los factores a tener en cuenta, según el 75% de los encuestados. Estos elementos no sólo afectan de forma positiva al bienestar laboral, sino que también pueden influir en la productividad y en la retención del talento. Así, la falta de una estrategia en este último punto se presenta como una oportunidad desaprovechada por parte de este tipo de organizaciones para definir la manera de atraer, involucrar, retener y desarrollar el talento.
Ignasi Carreras, director del Programa Esade-PwC de Liderazgo Social, destaca en una nota de prensa la importancia de que los líderes de estos equipos "ofrezcan oportunidades de desarrollo profesional, reconozcan las contribuciones individuales y consideren las necesidades específicas de los empleados, alineándolas con la misión y las prioridades de la entidad" .
La importancia del uso de la tecnología
Por otro lado, el 47% de las ONG carece de la tecnología necesaria para mejorar procesos clave como la atracción, selección y desarrollo de talento. Este déficit tecnológico no sólo representa una barrera para la eficiencia interna, sino que también podría limitar la capacidad de las organizaciones para adaptarse a las demandas cambiantes del entorno laboral y económico.
Los avances tecnológicos como la automatización o la inteligencia artificial impactan de forma significativa en el ámbito laboral. A medida que las máquinas asumen diversas tareas, se prevén cambios importantes en varios puestos de trabajo e incluso la posibilidad de su desaparición. El desafío, señala el informe, radica en identificar las habilidades de los humanos y determinar la ventaja comparativa.
Retribución económica, una lucha pendiente
La encuesta de Esade y la Fundación PwC señala también que la retribución económica es uno de los aspectos que genera mayor insatisfacción, ya que sólo el 16% de los profesionales se declara totalmente satisfecho, mientras que el 39% manifiesta cierto grado de insatisfacción. Más del 50% percibe una falta de competitividad en términos de retribución en el mercado laboral, y casi la mitad -un 47%- considera que existe falta de transparencia dentro del sector.
La búsqueda de empleo, el sentido y propósito del trabajo son esenciales para la mayoría de los trabajadores
En cuanto a la búsqueda de empleo, el sentido y propósito del trabajo son esenciales para el 94% de los encuestados. Aunque la flexibilidad laboral (84%) y las medidas para el bienestar (80%) también son fundamentales en la elección de un empleo. Mientras, un 65% considera la remuneración un factor muy o totalmente importante a la hora de buscar un trabajo.
Evolución cultural
En el contexto de los cambios culturales, el informe insta las ONG a integrar principios como la diversidad y el feminismo en su cultura organizativa. Más del 80% de los equipos encuestados destaca la necesidad de fomentar la participación de colectivos con los que trabajan para impulsar la transformación, y un 76% comparte que la diversidad es la clave del cambio.
En definitiva, las ONG necesitan integrar en sus culturas organizativas una misión, unos valores y unos objetivos estratégicos que se encuentren en sintonía con los nuevos tiempos y, por tanto, dar paso a un momento de transformación cultural: realinear estos elementos.
