Brasilia, 15 ago.- La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, anunció hoy un plan de concesiones al sector privado por 133.000 millones de reales (65.500 millones de dólares) para mejorar la antigua infraestructura del país y apalancar la actividad económica.
El plan contempla la construcción y ampliación de cerca de 7.500 kilómetros de carreteras y de 10.000 kilómetros de vías férreas, y tendrá como objetivo mejorar las comunicaciones entre las zonas productivas y los puertos y aeropuertos del país, que serán objeto de iniciativas similares.
"Queremos utilizar lo mejor que tiene la iniciativa privada y lo mejor que tiene el Estado brasileño en función del buen uso de los recursos públicos" para "modernizar" el país y dotarlo de una mayor "eficiencia", con el objetivo de reducir los elevados costes del transporte de mercancías, dijo la jefa de Estado.
Rousseff animó a los empresarios nacionales y extranjeros a "aprovechar" el ambiente que ofrece Brasil, un país que "garantiza la posibilidad de invertir en un clima de seguridad jurídica e institucional" y en un escenario de "estabilidad macroeconómica" volcado al crecimiento.
"Lo que se propone son unas sociedades (público-privadas) muy atractivas en términos de rentabilidad y riesgo", declaró la jefa de Estado.
La presidenta citó que Brasil se ha convertido "en la sexta economía del mundo", pero dijo que lo ha hecho pese a muchos "nudos" que es necesario desatar para poner al país "definitivamente" en la ruta del crecimiento "acelerado y sustentado".
El plan fue detallado por el ministro de Transporte, Paulo Sergio Passos, quien explicó que las inversiones serán canalizadas en un plazo de 25 años a través de concesiones al sector privado, que será responsable de la construcción y operación de los proyectos.
En los primeros cinco años, está previsto otorgar concesiones al sector privado por 79.500 millones de reales (39.750 millones de dólares), mientras que el resto deberá ser ejecutado entre 2017 y 2037.
El ministro anunció además la constitución de una nueva empresa pública para licitar la construcción de un tren de alta velocidad entre las ciudades de Río de Janeiro y Sao Paulo, un proyecto que está estancado desde hace cinco años y que podría salir otra vez a concurso nuevamente a inicios de 2013.
El Gobierno, según el ministro, facilitará las inversiones a través de créditos de la banca pública, que serán otorgados con facilidades que incluirán intereses por debajo de las tasas de mercado.
Passos destacó que estas nuevas inversiones y concesiones permitirán "acelerar la economía del país", que según cálculos de analistas del mercado ha pisado el freno y este año crecerá por debajo del 2 %, contra previsiones iniciales que apuntaban a un 4 %.
Este nuevo programa es el tercero de gran envergadura que se anuncia en Brasil en el sector de infraestructuras desde 2006.
Los anteriores, dos versiones del llamado Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), aún no fueron concluidos y avanzan a paso de tortuga, según reconoce el propio Gobierno, que culpa, entre otras cosas, a las trabas que impone la severa burocracia del país.
El ministro Passos admitió hoy esa realidad y señaló que, aunque "se han recogido muchos resultados de los PAC", también "hay muchas obras que deberían estar listas y no están", por lo que "se debe dar un paso al frente".
El anuncio fue hecho ante representantes de una treintena de grandes empresas brasileñas del área de la construcción, entre los que figuraba Eike Batista, dueño de la mayor fortuna del país, quien anticipó su interés en participar de estos nuevos planes.
"En los últimos veinte años en Brasil casi no se invirtió en infraestructura, por lo que este 'megapaquete' será un espectáculo para el país y para los empresarios", declaró.
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