Terry Gilliam: El consumismo le ha robado protagonismo a la religión

  • El director británico Terry Gilliam, que hoy ha presentado en el Festival de Cine Fantástico de Sitges su último filme, "The Zero Theorem", ha dicho que "el consumismo le ha robado protagonismo a la religión".

Jose Oliva

Sitges (Barcelona), 12 oct.- El director británico Terry Gilliam, que hoy ha presentado en el Festival de Cine Fantástico de Sitges su último filme, "The Zero Theorem", ha dicho que "el consumismo le ha robado protagonismo a la religión".

Con "The Zero Theorem", Gilliam regresa a un futuro terrible como el de "Brazil", filme que estrenó hace treinta años, para contar una historia de aislamiento e incomunicación.

"La diferencia principal es que en 'Brazil' hablaba de un ministerio que formaba parte de un gobierno y en ésta hablo de una empresa principal que domina la sociedad, porque hoy las multinacionales son demasiado importantes y el consumismo ha ocupado la parcela que hasta hace poco ocupaba la religión, el espacio que daba sentido a nuestras vidas", ha dicho Gilliam, siempre muy querido por los fans del género en Sitges.

Ha reconocido el director británico que en su última película se pueden encontrar elementos comunes con otros títulos anteriores y con algunos de sus personajes, pero ha aclarado que "estas coincidencias ya venían en el guión, obra de Pat Rushing, que había visto toda mi filmografía, algo que me emocionó, pero también me preocupó, porque siempre intento hacer filmes diferentes".

En la película, un genio de los ordenadores, interpretado por Christoph Waltz, vive recluido, inmerso en un enigmático proyecto que tiene como objetivo averiguar el significado de la existencia.

En un escenario que alterna los vivos colores y la oscuridad más gótica, el protagonista espera una llamada de teléfono mientras intenta resolver un complejo problema matemático que le tiene que permitir llegar al teorema cero, presionado por un líder (Matt Damon) del que poco o nada se sabe.

La película, explica Gilliam, trata sobre "la conectividad entre las personas en un mundo interconectado; pero también aborda la cuestión del fracaso, de la impotencia".

El informático es además una metáfora de la humanidad actual, siempre conectada a un móvil o un ordenador: "cuando el protagonista consigue una relación en el mundo virtual y la mujer por la que siente atracción le pide mantener esa relación en el mundo real, él no se atreve".

Aunque por su edad, Gilliam, que formó parte de los legendarios Monty Phyton, pasaría por un viejo cineasta chapado a la antigua, su aspecto de hippie irredento no vaticina que tiene en sus bolsillos dos iphone, una cuenta de facebook y que se pasaría las mañanas pegado a la pantalla de su ordenador.

"Soy una víctima más de este mundo interconectado y hago películas sobre este tema para intentar salvarme", confiesa irónicamente antes de decir que "es importante aprender a utilizar las nuevas tecnología e internet, hoy ocupados mayoritariamente por el cotilleo y el porno".

El protagonismo de las nuevas tecnologías y las redes sociales en la primavera árabe lleva a Gilliam a aconsejar a los ciudadanos "salir a la calle para protestar y estar menos conectado a Internet".

Gilliam se plantea que a través de las redes sociales hay un mayor acceso a la información, pero al mismo tiempo fomenta el aislamiento y "tener más información no nos hace necesariamente más felices". EFE.

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